Primeros ganadores de las elecciones del 11 de marzo

Análisis de John Zamora (Director de Revista Zetta).- Sin esperar a que llegue el 11 de marzo, ya hay algunos candidatos que pueden ser declarados ganadores, incluso si no obtienen una victoria electoral.

En el plano presidencial, hay un ganador nítido: Carlos Caicedo.

Es el único que pasó del escenario doméstico de Santa Marta a un plano nacional, con propuestas, no con shows mediáticos.

Lo lógico es que Caicedo sea derrotado por Gustavo Petro en la consulta de la izquierda, pero obtendrá una votación que le garantizará estar en el partidor de 2022.

Caicedo ganó estatura nacional, algo de la que ya gozan todos los demás que están en contienda, todos con largo tiempo de exposición desde Bogotá, bien sea en cargos de elección popular o de designación nacional. Todos han sido ministros, alcaldes, senadores, vicepresidentes, pero el único que viene desde la provincia al escenario nacional, es Caicedo. Y con eso ya ganó.

Los otros ganadores están en las aspiraciones a Cámara de Representantes.

Gana Soraya Bayuelo (L-102) porque la campaña ha permitido que el país reconozca sus largos años de trabajo realizado a favor de las víctimas, desde los Montes de María, pero, más que eso, a ella le ha permitido poner temario de asuntos importantes y no meros lugares comunes como prometer “más gestión para la región”.

Gana Jorge Benedetti (CR-102) porque despunta como nuevo protagonista de la política, con juventud e ideas renovadoras. Ha hecho una campaña consecuente con su discurso, moderna, incluso hasta en la manera de conseguir financiación con la venta de gorras, botones y manillas. Quedará con la responsabilidad de no dilapidar lo conseguido, y mantener la dinámica de un nuevo movimiento político, aún si su candidato presidencia Germán Vargas Lleras es derrotado en la primera vuelta.

Gana Emeterio Montes (C-106) porque ocupa un espacio en el partido conservador que antes no tenía su grupo político (Montes), y porque ha mostrado estructura académica y vocación de pueblo. Si resulta electo, será imperdonable que se quede callado o que no lidere procesos.

Gana Jacqueline Perea (U-102) porque se le está midiendo a esculpir una votación en una lista donde el grupo preponderante (García) tiene su carta marcada (Del Río). Aunque ella vota por el mismo senador, gana porque se hace visible y distinguible, porque suma y porque hasta puede dar una sorpresa.

Gana Yamilito Arana (C-101) porque ha hecho la más intensa campaña publicitaria, y logró fijar su nombre, antes un completo desconocido, hoy muy familiar. Aunque los afiches no votan, podrá decir que hizo lo suyo para no depender del todo de su alianza política con la casa Blel.