Afinado y sinfónico NO – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director de Revista Zetta).-  Hay decisiones que se toman por convicción y otras por física fuerza de las circunstancias.

El alcalde William Dau le dijo NO al Festival de Música de la Fundación Salvi porque la Alcaldía está sin billete, según expresó. Pero no sabemos si el año que viene, cuando la situación financiera sea resultado directo de su gestión y ojalá haya plata, la respuesta sea la misma. Mejor dicho, el NO es resultado de la fuerza de las circunstancias.

Es una de sus primeras decisiones y, por el bien de la cultura cartagenera, me parece acertada, mejor aún si el NO es por convicción.

Se trata, ante todo y por encima de todo, de un festival de música europea, así nos vendan el cliché según el cual la “música es universal”, que tiene el mérito de mantener viva la herencia de Bach, Mozart, Beethoven y demás portentos de la música del viejo Continente.

Por buena y edificante que sea, no es nuestra música ni representa nuestra cultura. ¿Cuándo en Salzburgo harán un festival de música anual con obras de Lucho Bermúdez, Joe Arroyo, Rufo Garrido o Mr. Black?

Junto a las consideraciones culturales, también está el monto del valor solicitado. Es un despropósito de la organización pedirle más de $700 millones a una ciudad quebrada y necesitada, y peor aún, restarle esos hipotéticos recursos a un sector que clama atención. Ya quisieran los actores festivos, esos que rescatan y revitalizan nuestras fiestas de Independencia, contar con ese dineral.

Comparto lo dicho el músico Luis Jerez Zurita, en un interesante y documentado artículo, del cual concluyo que se trata de un evento al que le falta mayor inclusión y una labor más sostenida en el proceso sinfónico. (https://lachiva.co/opinion/para-que-quiere-el-festival-de-musica-clasica-de-cartagena-700-millones/)

Los músicos que traen son de alto calibre, financiados por los grandes patrocinadores que tiene. Dentro de su propósito constituye todos los años la Sinfónica de Cartagena, que funciona entre el mes de octubre y la segunda semana de enero, conformada por músicos de varios procesos sinfónicos de la ciudad, cumpliendo la promesa e idea de ser la «orquesta de la ciudad», con lo cual diferimos la mayoría de los formadores musicales en Cartagena”.

Leo esto y pienso que la dicha sinfónica es un “ven tú” coyuntural.

Este festival tiene una fundadora acaudalada, que lo ha rodeado de patrocinadores pudientes y de lujo, que se exhiben en la gran vitrina de Cartagena de Indias, con televisión privada de RCN televisión transmitiendo sus conciertos.

Dirán que contribuyen a proyectar la imagen de Cartagena ante el mundo y así salimos a deberles siempre. Explotan nuestras plazas, calles, atrios, como si fuese obligación de la ciudad regalarles esos espacios. Son este tipo de posturas las que nos dejan en déficit moral: Vengan, hagan, traigan su gente, y, además, aquí está el billete. Es el pobre quitándose el bocado para darle al rico.

¿Qué si no los apoyamos se llevan su festival a otra parte? Ya sabemos que no hay ciudad que le gane en belleza a Cartagena… ni en limitaciones para financiar a su sector cultural.

Si el festival Salvi continúa o no, no tiene ningún efecto directo sobre la cultura popular cartagenera. Tampoco sobre el turismo. La gente viene a Cartagena en enero por Cartagena, con o sin este festival. Ya alguien se inventará otro. Si se queda, bien. Patrocinios le abundan, sobre todo porque se hace en Cartagena. Llevan varios años y siempre serán ajenos, porque le rinden culto a una música que no nos representa. Que Dau les haya dicho que NO, sea o no por convicción, es una afinada y sinfónica noticia. Y que cuando haya plata, sea para los de aquí.