Primer mes: Blel vuela y Dau no despega – Análisis de John Zamora

Por John Zamora (Director Revista Zetta 20 años).- Arturo Reyes, el técnico que lucha para clasificar a Tokio con la Sub 23, estuvo encargado de la selección Colombia de Mayores cuando se fue Pékerman, y el equipo jugo bien y ganó. Llamó a casi a los mismos y la clave estuvo en respetar la “memoria táctica” y dejarle los cambios de fondo al sucesor, que vino siendo Carlos Queiroz.

Esa “memoria táctica” es la que, con pleno acierto, ha empleado el gobernador Vicente Blel en su primer mes de gobierno.

Reservado y sigiloso, sin histrionismo alguno conformó un gabinete competente, extraído de sus aliados, que en gran coalición le apoyaron. Allí confirmó a algunos que venían del exitoso gobierno anterior, lo que ha traído positivos resultados. Por ejemplo, ya inició el proceso de confección colectiva del plan de Desarrollo, la ordenanza más importante del cuatrienio.

Blel ha hecho de los municipios su Despacho, con sentido práctico, y también ha comenzado a tejer una interesante red de proyectos con el gobierno nacional. No se le nota novato ni improvisado, lo que no obsta para darle un sello juvenil a su gestión, acompañado de su dinámica esposa, Nati Eljach, quien ha dado muestras de una genuina sensibilidad social, en especial con temas de educación y salud para la infancia.

Por las connotaciones de su triunfo, más expectativas generó William Dau, quien ha tenido dificultades y sigue en plataforma, sin despegar. Por mera sospecha de “malandrinismo”, eliminó toda “memoria táctica” y conformó un equipo de la nada, lo que le ha traído agridulces, pues hay dependencias que iniciaron a ritmo fuerte y rumbo claro como IDER, mientras otras siguen en “interinidad” esperando que el nuevo jefe se entere del cargo. A esto se suma ese pretendido tufillo de superioridad moral que contrasta con decisiones que tomaron antecesores de “inferioridad moral”: OPS para aseo y vigilancia, PAE por BM, por ejemplo.

Nada de esto representa una frustración ciudadana ni mucho menos, es la consecuencia lógica de una nueva política, y de seguro le irá tomando el ritmo a la administración pública. Que no vuele todavía no quiere decir que no tenga alas.

El gobierno Dau se ha quedado más en lo adjetivo que en lo sustantivo, y por ello las derrotas tempranas y las salidas en falso que le han valido convertirse en un “retractor”, con efecto directo en sus colaboradores, como la robusta retractación del secretario de Participación.

Casi un mes le tomó designar en propiedad a un secretario de Planeación, quien deberá andar contra-reloj para poner en marcha el proyecto de Plan de Desarrollo, que tiene como dificultad de origen un programa de gobierno superfluo. Un esmero adicional deberá hacer la administración para lograr una carta de navegación pertinente y viable, y presentar el primer borrador el 15 de febrero ante el Consejo Territorial de Planeación. (Ajá, ¿y de las 10 mil hojas de vida no había ninguna con perfil para este cargo, que debieron mover al director de espacio público?)

Lo que quedó claro de este primer de Dau es que será un alcalde polémico y terco, que desconfía de todos –comenzando por su propio gabinete-, que siempre tendrá por encima de todo la lucha contra la corrupción, y que nos demos por bien servidos. ¿Y los $15 mil millones mensuales que prometió en inversión para los barrios? Bueno, no llegaron en enero pero en febrero serán $30 mil, si la aritmética no falla, cuando su gobierno despegue.