En su actividad como veedor, William Dau fue implacable contra varias personas, y al llegar a la Alcaldía de Cartagena, la distancia era kilométrica con Vicente Blel Saad, padre del nuevo gobernador, Vicente Blel Scaff.
Los dos gobernantes han mantenido la distancia, y cada cual ha venido desarrollando la dinámica de sus cargos, desde sus perspectivas, con una clara diferencia que se parece a la relación del agua con el aceite.
Aunque no se exprese de ninguna de las dos orillas, lo cierto es que hay prevención.
Del lado de Dau, se sabe de su aversión a la clase política, lo que se traduce, por ejemplo, en las dificultades de su relación con el Concejo.
De parte del Blel, es un joven que llega al gobierno departamental tras superar el doloroso episodio de los audios que tuvieron en el ojo del huracán a su padre, y que no sabe si las críticas de Dau a su padre tengan alguna gesto o expresión en la misma línea.
Tal vez haya sido la magia de Mompox, pero esa evidente tensión política no se manifestó en el cordial encuentro que tuvieron Natalia Eljach, esposa de Vicente Blel Scaff, con María Angélica Klee, nuera de Dau, y Cynthia Amador, primera dama de Cartagena.
El motivo fue el encuentro de Gestoras y Gestores Sociales de Bolívar, organizado por Natalia Eljach, una actividad paralela al encuentro de alcaldes de Bolívar, liderado por su esposo, el gobernador Vicente Blel.
Lejos de cualquier prevención, el encuentro femenino transcurrió en armonía, centrándose en los temas programáticos del encuentro.
Serán cuatro años de gestión parelela y simultánea, y en los gobernantes estará sopesar si es mejor seguir tendiendo puentes y trabajar por la ciudad y el departamento, o si se mantiene la helada temperatura entre sus administraciones.
