Blel y las buenas noticias – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director Revista Zetta 20 años).- Después de tantos años en el periodismo, siento que las noticias son especie de seres animados que reclaman su espacio y protestan cuando no se les otorga.

Dos se registraron este jueves y ambas con una trascendencia inobjetable: temprano nos enteramos que llegan a Bolívar 20 mil pruebas rápidas de Covid, y en la tarde que los estudiantes de Unicartagena y Unibac asegugaron su permanencia académica en el segundo semestre gracias a la gratuidad. ¿Cuál más imporante?

Ambas tienen como elemento común al gobernador de Bolíar, Vicente Antonio Blel Scaff.

Las 20 mil pruebas rápidas son gestión del embajador de Colombia ante Emiratos Árabes, Jaime Amín, como parte de todo un paquete de ayudas de ese país llegadas recientemente. La clave de Blel en este caso fue estar en el lugar indicado, atisbar la oportunidad y aprovecharla. Sin gastar un peso, sin licitar, sin un proveedor riesgoso, ahí están las pruebas. Con más de 7 mil casos positivos en Cartagena y Bolívar, esto es verdadero oro.

(No sé… me recuerda un fallido proceso licitatorio por más de $700 millones para 10 mil pruebas rápidas que jamás llegaron… ¿dónde? ¿dónde?).

La gratuidad en las matrículas para más de 20 mil estudiantes de Unicartagena y Unibac para el segundo semestre es garantizar la continuidad del proceso académico, todo un alivio para las familias, una verdadera bendición. Se trata, sin duda, de una gestión con genuino sentido social donde primó la voluntad política de hacerlo, y la capacidad de encontrar la fórmula para pasar del noble deseo a la realidad.

Las dos noticias son un indicador de lo que ha sido la gestión del gobernador Blel en los primeros seis meses.

Recordemos que llegó al poder en virtud de una gran alianza política de los partidos con mayor presencia electoral en Bolívar, y que le dio continuidad a algunos funcionarios que provenían del gobierno anterior de Dumek Turbay.

En los primeros tres meses, Blel tejió hasta donde el coronavirus dejó. Temprano comenzó el proceso de construcción colectiva del plan de desarrollo “Bolívar Primero” y mostró sus buenas conexiones con el gobierno nacional, amén de cumplir con la premisa de gobernar desde el territorio.

Al llegar la pandemia, de inmediato se puso “coronapilas”, transfirió más de $7 mil millones para las primeras ayudas humanitairas en los municipios, estableció un plan hospitalario, gestionó billete para el HUC y la Maternidad, y ahora está buscando quién asuma la puesta al servicio de los pisos 9 y 10 del HUC. Incluso se tomó de la mano con William Dau -el alcalde de Cartagena que tanto ha fustigado a su padre y a la clase política que lo eligió- y colectivo Traso para la Donatón que recaudó más de $13 mil millones.

En seis meses también ha evolucionado su manera de comunicar. De un Blel circunspecto ha pasado a un elocuente gobernador, que habla con fluidez de las acciones de gobierno en sus cuentas de redes sociales. Puede atribuirse a que ha ganado confianza y le ha tomado el ritmo al cargo.

Han sido también seis meses sin ruidos mayores, o por lo menos sin los que presagiaban los agoreros del cataclismo, lo que no significa que no haya lunares.

Un semestre va y faltan siete en los que debe cumplir con las metas del plan de desarrollo, mantener su gobierno desde el territorio y continuar la senda de la claridad en el manejo público, sobre todo para revitalizar la economía tras la el desastre pandémico. Tiene Bolívar un sector primario fértil, con ríos y ciénagas, como para hacerlo la despensa de la nueva normalidad. Debe prepararse para las tormentas, pues ningún gobierno transita en aguas mansas permanentes, y siempre dar las explicaciones de sus actos.

Son buenas noticias pero todavía falta mucho, y eso lo sabe el gobernador. Esto apenas comienza.