El Alcalde Manolo Duque llegó este domingo a Playa Blanca, Barú, a verificar el cumplimiento del decreto 0885 el cual prohíbe el ingreso de bebidas y comidas a las playas y además restringe el horario de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
En compañía del secretario del Interior y Convivencia Ciudadana, Fernando Niño Mendoza, el director del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT) Edilberto Mendoza y el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, general Carlos Rodríguez, el Alcalde recorrió los diferentes puntos de control y dialogó tanto con visitantes como con los nativos sobre la medida y el trabajo que está haciendo el Gobierno de Primero la Gente.
“Estamos ejerciendo los controles con Dadis y Policía Nacional. Mañana y durante toda esta temporada debemos marcar el sello porque a Playa Blanca hay que respetarla y debe estar limpia”, aseguró el mandatario, agregando que los cartageneros deben poner el ejemplo para que personas que vienen de afuera también cuiden el parque natural.
Por su parte Fernando Niño Mendoza indicó que los operativos de control se iniciaron desde tempranas horas de la madrugada para que los visitantes no ingresen alimentos a la zona.
“Estamos controlando buses y personas, dejando claro el horario de uso de las playas. También es importante aclarar que luego de que la zona haya copado su capacidad de visitantes, se hace la devolución del personal que quiera ingresar”, dijo.
Niño Mendoza también hizo un llamado a los padres de familia para que tengan mayor control sobre los menores de edad ya que durante el operativo de este domingo fueron encontrados 15 menores extraviados, situación que no debería presentarse, puesto que a las 10 de la mañana habían más de 8 mil personas en el balneario.
Por ello la Administración anunció que los controles desde este lunes iniciarán desde las 3:00 de la madrugada.
El decreto 0885 está vigente desde el pasado 27 de junio y la medida fue tomada por el comité local para la organización de playas del distrito de Cartagena a raíz de la fuerte contaminación que presenta la reserva natural.