Los concejales de Cartagena apenas habían aprobado el orden del día cuando se decretó un receso para analizar el estado de varios proyectos de acuerdo. Uno a uno fueron pasando a la sala de juntas, ubicada detrás del salón de sesiones. Cuando estaban despejando apenas el primero de ellos, el guarda policial asignado al Concejo tocó la puerta y les dijo que cuatro agentes del CTI tenían que comunicarle algo al concejal Jorge Useche Correa.
El presidente del Concejo, Javier Curi, les ofreció la oficina de la Presidencia para que dialogaran con Useche. Allí le comunicaron el propósito de la diligencia y lo capturaron. Del otro lado del vidrio, los demás concejales contemplaban estupefactos e impotentes lo que le ocurría al colega.
Los hombres del CTI fueron siempre amables y respetuosos y preguntaron por la puerta de salida que da hacia la calle Larga, para llevarse al capturado sin mayor protagonismo.
Tras la captura de Useche, los concejales no sabían qué decir o qué hacer. Poco a poco fueron saliendo del shock, haciendo comentarios y tratando de retomar el orden de las cosas. Tardaron más de una hora en volver al recinto para continuar el orden del día, que contemplaba la posesión de la nueva Mesa Directiva. Apenas concluyó ese acto, la sesión se levantó y todos salieron. Ninguno habló con la prensa.