En la despedida de su breve gestión de 20 días como alcalde encargado, Sergio Londoño Zurek pronunció un discurso donde no solo hizo un bosquejo de sus tareas, sino que propuso algunas iniciativas y terminó con unas reflexiones sobre la ciudad y su futuro. Extrajimos estas 15 frases:
No hay mayor honor, que servirle a la ciudad de uno
Lo más importante que quise lograr en estos días fue darle tranquilidad a los cartageneros. La tranquilidad de saber que la ciudad seguía marchando, que las tempestades no podían alterar su curso de progreso y desarrollo, siempre y cuando la esperanza se mantuviese viva.
Quiero agradecer muy especialmente a los gremios por depositar su confianza en mi y ayudarme a trabajar, al Gobernador Dumek Turbay por todo su apoyo y confianza y a la gente de Cartagena por no desfallecer, por tener esperanza y por abonar los caminos necesarios para el desarrollo.
Quiero reconocer la labor del Honorable Concejo por guiar con sus propuestas el rumbo de la ciudad, porque nunca, nunca en estos 20 días recibí de su parte propuestas politiqueras ni presiones. He tenido de ellos respeto y ánimo colaborativo. Encontré una junta directiva de ciudad dispuesta a echársela y ponerse a trabajar.
Por Cartagena debemos trazar un rumbo más ordenado. Con mejor administración de lo público. El desorden solo favorece a los corruptos.
Esa lucha de clases no puede existir en esta sociedad y déjenme decirles porqué: porque uno solo puede ser tan rico como la persona más pobre que tiene al lado y en esta ciudad estamos sumidos en la pobreza.
Que existe discriminación: si. Que existe una élite que se autodenomina rica: si. Que existen miles de personas vulnerables: si. Que existen unos que se lucran del poder y que vienen de todos los estratos sociales: sí. Pero el primer paso para cambiar eso es precisamente la unidad.
Divididos nos mantienen callados, subyugados y lejos del control social por tanto fácilmente nos cooptan, prometiendo riqueza y fama.
Nuestros ídolos deben dejar de ser aquellos que han conseguido plata fácil por aquellos quienes con su voz y su lucha han cambiado y cambian sociedades.
Seamos negros o blancos, pobres o ricos, cartageneros o visitantes, hoy nos debe unir la ciudad.
La unión no es el amiguismo, no es que ustedes estén de acuerdo conmigo o con el gobierno nacional… La unión es tener un propósito común y entre todos aportar lo mejor de nosotros para alcanzarlo.
Cartagena está por encima de las ideologías, por encima de los partidos porque su descomposición social, ética, y política ha llegado a tal nivel que exige que todos depongamos lo que nos divide.
Los jóvenes estamos llamados a construir la sociedad que queremos. El sacrificio es enorme, la incertidumbre es toda, pero ¿si no somos nosotros entonces quién?
La solución está en las urnas, en el control y en la cultura ciudadana. En la protesta pacífica y en el diálogo social. Hemos terminado la guerra de nuestros abuelos y de nuestros padres, ahora nos toca a nosotros construir la paz social que ellos no pudieron.
No es callar, es criticar constructivamente. No es dejar hacer, sino demostrar cómo hacer. Es convertir las oportunidades de pocos en los derechos de todos.