Por John Zamora (Director Revista Zetta).- Las inminentes elecciones atípicas en Cartagena para elegir al reemplazo de Manolo Duque ha destapado una veintena de potenciales candidaturas, pero una decantación hecha por Revista Zetta encuentra tres grandes bloques de aspiraciones.
El primer bloque es el de las precandidaturas fuertes, que nacen con relevancia, cada una con distinto origen y representación. Son Andrés Betancourt y David Múnera, ambos exconcejales de Cartagena, y quienes despuntan con mayor percepción de eventuales respaldos.
Betancourt obtuvo 50 mil votos en las pasadas elecciones para Alcaldía, cuando la mayoría de sus lugartenientes lo abandonaron para irse a campañas rivales con más favoritismo (Manolo y Qinto), así que presume de votos “castos y puros”. Mantuvo buen posicionamiento estos dos años, y tiene intactas sus cercanías con partidos políticos como Centro Democrático, Partido Conservador, Cambio Radial y gremios.
Múnera ha mantenido su línea crítica y férrea de cuando fue concejal, se mantuvo vigente ante la opinión en el Canal Cartagena como analista, y tiene el respaldo del Polo Democrático. Es el brazo local de las posiciones adoptadas desde Bogotá por esa colectividad, pero deberá compaginar su aspiración con el grupo “espejo” en Cartagena del eje Robledo-Fajardo-López. Este sábado tienen reunión y se conocerán deficiniones.
Un segundo bloque es el de las candidaturas medias, que parten con cierto nicho, pero que tienen que dar más respuestas para despejar incógnitas. Aquí están César Anaya, Juan Carlos Ayala, Claudia Fadul, Germán Viana Guerrero, Nausícrates Pérez, Bernardo Romero Parra, Johny Romero, Alcides Arrieta, William Amín y Jorge Lequerica Araújo.
César Anaya ha pretendido vender la idea que “le están pidiendo ser candidato” gracias a su trabajo en comunidades, pero se le ve como alfil de otra candidatura; Nausícrates y Alcides son viejos conocidos, exconcejales, exsecretarios de Despacho, y recientemente “veedores”, actividad que ahora quieren capitalizar en votos; Romero Julio siempre se lanza, siempre con poca fuerza, siempre retirado; Romero Parra tiene nicho comunal pero eso no es suficiente; Ayala tiene nicho en la iglesia Ríos de Vida, donde su jefe el pastor Arrázola manda sin oposición, pero fuera de allí no es conocido; Fadul la verá difícil con David Múnera, pero tiene argumentos; Lequerica y Amín quieren reverdecer laureles de su pasado político como concejales; y Germán Viana Guerrero vuelve a la política activa, luego de 11 años de receso, con un planteamiento interesante que vale la pena escuchar.
Un tercer bloque es el de los “nada que ver”, bien porque su pretensión encarna una abierta incoherencia, o bien porque sus nombres son tan nuevos que aún nada dicen.