Por John Zamora (Director de Revista Zetta).-Poseído por cierta sensatez de la que careció en ocho años, el saliente presidente Juan Manuel Santos tomó dos decisiones con respecto a la Alcaldía de Cartagena: una tardía y otra abstemia.
La tardía, como él mismo lo admitió, es solicitar una terna al Partido Conservador para designar un alcalde encargado.
La abstemia, como él mismo lo anunció, es dejar la decisión en manos del “próximo gobierno” (¿No sé por qué esa pendejada de evitar pronunciar el nombre de Iván Duque?).
Ahí el protagonismo será para Partido Conservador, que debe firmar la carta con los tres nombres, no sin antes definir si será una terna de tres, terna de uno o una “quinterna”.
La responsabilidad inmediata le corresponde a sus jefes naturales: los congresistas. En otras palabras, será la senadora Nadia Blel y los representantes Yamil Arana y Emeterio Montes los que le dicten la carta al secretario de su colectividad.
Blel llega a su segundo periodo como senadora, mientras que Arana y Montes apenas llevan un par de semanas como representantes. Reflejan dos grandes bloques del conservatismo en Bolívar (está, además, el segmento que encabeza el exrepresentante Pedrito Pereira).
Todos estos grupos coincidieron en el respaldo al entonces candidato y ahora alcalde Antonio Quinto Guerra Varela, lo que da una pista sobre el aroma que tendrá la terna.
¿Qué perfil debe tener alguien para ser incluido en la terna?
Recordemos que la última terna en nuestra accidentada historia de encargos fue la de “Primero la Gente” (Jorge Mendoza, Isabel de Ávila y Rosario Ricardo), y que fue la primera terna de la historia política mundial que se desbarató por un Whatsapp. (Recuerden el famoso audio de Elsy Sampayo). También fue el fin de ese fugaz movimiento.
Dejando la historia reciente y pasando a la variante actualidad, el ternado conservador corre el riesgo de concluir el mandato, si Quinto no regresa, como es el deseo del procurador Fernando Carrillo.
Pero también se corre el riesgo de no confeccionar terna, si una decisión del Consejo de Estado le permite al alcalde elegido regresar al palacio de la Aduana. (Quinto ahora vive en Bogotá, atento a su proceso).
He consultado y me dicen que el perfil de los ternados es que tengan preparación académica y altura política para sostenerse en el cargo, y que sean reconocidos conservadores.
Dado que Santos difirió la decisión, la confección de la terna ya no se hará a fuego alto sino bajito.
Blel, Arana y Montes se reunirán en Bogotá, al tenor de las sesiones de Senado y Cámara, y comenzarán a estudiar las hojas de vida que les comiencen a llegar, o que soliciten, pues el cargo es bastante apetecido. De pronto, de esas casualidades de la vida, en alguna reunión los puede acompañar el mismísimo Quinto Guerra… de pronto… incluso, hasta buena parte de los interesados terminen pasando una corta temporada en la “Nevera” buscando quedar en la foto…
Sea cual sea el mecanismo, quienes queden en la terna deben cumplir, a mi juicio, tres condiciones más: godo, duquista y, sobre todo, quintista.
Godo reconocido, no recién llegado. Conservador azul, no azul con rojo de Cambio Radical, ni verdecito de la U, ni rojito liberal, ni con manita en el corazón del Centro Democrático.
Teniendo en cuenta que será el nuevo presidente Iván Duque el que designe al alcalde encargado, lo lógico es que sea un conservador duquista, lo que será fácil. Tanto Blel como Arana y Montes apoyaron desde un principio al candidato del uribismo, y seguramente de los 130 mil votantes de Cartagena habrá alguno que reúna los requisitos.
Tal vez la condición más exigente sea la de encontrar un conservador duquista y quintista. En efecto, el partido se la jugó con Antonio Quinto Guerra Varela, lo avaló, respaldó su programa de gobierno y, finalmente, encontró la victoria en las urnas. Es el alcalde que tiene la legitimidad democrática de la elección, y no la legalidad formal de una designación.
Debe ser quintista para que asegure la continuidad de esa propuesta de gobierno, aprobada en las urnas, pero truncada por una suspensión a petición del Procurador.
Y para no pecar del uso ingenuo de la teoría, y aterrizando en la práctica real, quintista para que cumpla los compromisos de campaña.
Es probable que la terna sea de uno, es decir, que uno de los nombres tenga la suficiente luz para opacar a los otros dos; también puede suceder que encuentren tres candidatos de altura (así sea en Marte), pero lo más seguro, dadas las circunstancias, es que sea una auténtica, genuina y original “quinterna”.