El abogado que condenó a 21 terroristas yihadistas por el atentado en Madrid y que defiende a Jualian Asange del escándalo de wikileaks, entre otros casos, entró a ser parte del equipo de defensa de la ex senadora Piedad Zuccardi, y tiene bien claro que “salvo la vida, a ella le han vulnerado todos sus derechos”.
Nacido en Chile pero con domicilio profesional en España, donde dirige un bufete de abogados especializado en casos internacionales, el jurista Gonzalo Boyé estuvo ocho años en prisión acusado de un delito que no cometió, pues los hechos sucedieron cuando se encontraba a 16 mil kilómetros de distancia.
“Yo había estudiado ciencias políticas y economía en Alemania y después, estando en prisión, tenía mucha rabia no solo con el tribunal sino también con mi abogado: yo decía, algo se ha hecho mal. Lo primero que hice fue revisar cosas, y después me puse a estudiar la carrera y desde que salí de prisión he ejercido como abogado”.
Boyé habló con la prensa colombiana y estas son sus declaraciones, contundentes y, a la vez, sencillas.
Cual es su papel en el caso de piedad Zuccardi, cómo llegó y cuál va a ser su aporte.
A mi inicialmente se me plantea sobre las irregularidades en materia de intervenciones telefónicas y también un asesoramiento en cuanto al litigio estratégico, cómo llevar la estrategia global de su defensa, teniendo presente que este es un juicio que probablemente termine en ámbitos internacionales habida cuenta las disfunciones de la justicia colombiana para los aforados. ¡En Colombia es una desgracia ser aforado!
¿Cuándo lo contactaron y quién?
Me contactó el equipo jurídico de la senadora en febrero de este año, y desde ahí comenzamos a trabajar; estudiamos primero las actuaciones y, a medida que íbamos leyendo, nos íbamos involucrando más, porque evidentemente con mi equipo lo que hemos visto en esta causa no lo habíamos visto en ninguna.
¿Qué han visto diferente? ¿Qué los ha sorprendido?
Con los debidos respetos, creo que hay una falta absoluta de imparcialidad, porque no puede haber imparcialidad en un tribunal que investiga, acusa y enjuicia siendo los mismo jueces, es decir, aquí no solo se trata de que hay una doble instancia, sino que este es un proceso de carácter inquisitorial que creo que es un gravamen innecesario para cualquier representante público, esto genera un debate importante sobre lo que es la separación de poderes.
En este caso se hicieron públicas unas interceptaciones de la senadora Zuccardi…
Están siendo usadas en su contra y lo aberrante de todo esto es que ellos dicen que esto sería un hallazgo casual… ¡esto no es hallazgo casual! Evidentemente, cuando una persona está siendo investigada es posible intervenirle el teléfono, y es factible que haya comunicaciones con su abogado, pero esas comunicaciones tienen que ser excluidas; sin embargo, lo que estamos viendo es que no solo la sala los usa, sino que iba reaccionando en función de lo que ella hablaba con su abogado. ¿De qué hablaba? Aquí no hay complot ni hay nada, hablaba lo propio de lo que uno habla con su abogado, es decir: mira, me acusan de esto, tu qué opinas, qué puedo hacer, es decir, lo que iban hablando es una estrategia de defensa, y toda estrategia de defensa desde el punto de vista retrógrado de un tribunal inquisitorial se puede entender como un complot, pero de ahí a que haya un complot hay un espacio muy largo.
¿Cuál va ser su aporte en este caso?
Yo lo que hago es complementar el equipo jurídico que ella tiene aquí, formo parte de ese equipo, no sé si formo parte de aquellos a los que dicen que se han “complotado”… claro, estoy aprendiendo incluso a conjugar un verbo que no existe en castellano… pero evidentemente lo que estamos tratando es de coordinar las distintas iniciativas y pensar de conjunto cómo vamos a abordar todos los temas.
Le insisto yo he venido aquí porque voy a ganar porque tenemos la razón, creo que estamos sabiendo explicarla, ahora solo falta que hayan jueces dispuestos a entenderla.
¿Qué es lo que más le preocupa?
La falta de imparcialidad, la vulneración al derecho a la presunción de defensa; es decir, de lo que se ha pronunciado ya el pasado día 12 el tribunal, es evidente que ellos tienen un juicio preconcebido; pero esto lo que más vulnera es el derecho a la libertad personal. Lo más grave es que un poder del Estado ha impedido que la representante popular en otro poder del Estado pueda ejercer su función. Eso me parece gravísimo y es un tema que vamos a trabajar.
¿Qué impresión tiene con la senadora desde que llegó a Colombia?
Es una persona serena, combativa, muy digna, que va a luchar hasta el final porque no ha hecho nada de lo que tenga que avergonzarse; cuando a uno se le imputan hechos tan graves, lo único que queda –teniendo su carácter- es seguir para adelante, hasta el final.
¿Es el primer caso que uste asume en Colombia?
Si. Trabajamos mucho a nivel internacional, asesoramos en distintos países, en Colombia no nos había tocado, y es una experiencia nueva, interesante, y creo que Colombia está dando pasos adecuados de cara a contextualizar su derecho con el derecho internacional, pero todavía faltan pasos importantes.
¿Cómo cree que le va a ir?
Nosotros vamos a ganar, hoy, mañana o pasado, pero vamos a ganar. Por una sencilla razón: porque tenemos la razón. Pueden quitárnosla de momento, pero mas temprano que tarde vamos a demostrar que aquí lo que ha habido sí es un complot, pero para acusarla de algo que no ha sucedido. No es que no lo haya hecho ella, es que no ha sucedido. Es peor aún: a ella no es que no la puedan condenar de homicidio, es que no hay muerto.
Estamos plenamente confiados en el resultado final, que no necesariamente pasa por la decisión de la Corte Suprema de Colombia, sino por el resultado final del procedimiento y por eso estamos trabajando en el ámbito internacional para asegurar los mecanismos de protección de los derechos que se están vulnerando aquí en Colombia.
Su experiencia personal es muy valiosa.
Una de las características de las defensas que yo hago es no dejar nada al azar. A mi me gusta revisar todo, doblemente revisado, y sobre todo, planificar las cosas que se tienen que hacer y los escenarios que se pueden generar. Aquí vamos a aplicar ese criterio.
Tenemos que restablecerla a ella en su libertad, en su honor y en sus posibilidades de representar al pueblo, tal cual había sido elegida para ello, con una votación que nadie ha cuestionado: aquí lo sorprendente de todo es que se está haciendo un cuestionamiento sobre si ella habría accedido al cargo con unos votos indebidos, pero es que nadie ha cuestionado esos votos. Y la sede para cuestionarlo no era es tribunal supremo sino los mecanismos electorales.
Pienso que ella no deberá estar más tiempo en prisión, pienso que no debería haber estado nunca en prisión. ¿Por qué? Porque los motivos para estar en prisión son, entre otros, el riesgo de fuga: ella vino voluntariamente a enfrentar las acusaciones que había; segundo, la senadora Zuccardi es tan conocida que no existe un solo lugar en el mundo donde se pueda esconder; y tercero, por su propio carácter ella va a seguir luchando y dando la cara; entonces yo no veo ningún riesgo a que ella esté en libertad y debería estarlo.
El parlamento italiano se pronunció sobre este caso. ¿Qué nos puede contar de la participación de Italia y de la Unión Interparlamentaria?
La senadora Zuccardi tiene la doble nacionalidad y en Italia existe una gran preocupación al respecto, para que los derechos de esta ciudadana sean respetados. Aquí nos estamos olvidando de una cosa que es esencial: Colombia se está jugando su credibilidad como estado democrático y de derecho. La unión interparlamentaria solo interviene en aquellos casos en los que considera hay indicios suficientes de riesgo de una vulneración de derechos y está interviniendo en el caso de la senadora Zuccardi. La Corte Suprema no puede exponer a Colombia ante el foro internacional de esta forma, y evidentemente Italia va a actuar.
¿A qué se refiere la defensa cuando habla de violación de derechos de la senadora Zuccardi?
Exceptuando el derecho a la vida, creo que se han violado todos el resto de los derechos que reconoce el convenio americano de derechos humanos: libertad personal, defensa, juez imparcial, doble instancia, práctica de la prueba: incluso a mi me sorprende algunas medidas que se han adoptado como la compulsa de copias en contra de los abogados por plantear recursos establecidos en la ley.
Usted dice que ella debería estar en libertad, pero hoy en Colombia varios funcionarios huyen de la justicia precisamente para no enfrentarla…
Le recuerdo: la senadora Zuccardi estaba en el extranjero cuando supo de su imputación y lo que hizo fue venir a Colombia. No es que haya huido, es que vino.
¿Son muy costosos sus servicios?
Nosotros trabajamos por el justo precio, pero aquí el problema no es ese, uno tiene que sentirse implicado en lo que hace. Nosotros no tomamos una sedición apresurada en la defensa de la senadora Zuccardi, tardamos tres meses en tomarla, porque quisimos conocer todo. Eso exijo de un defendido, quiero saberlo todo, no para hacer un juicio de valor sino porque no quiero sorpresas a mitad de camino.
En el caso de Piedad Zuccardi se habla de una nueva modalidad de testigos, los coaccionados. ¿De qué se trata?
Tenemos serios indicios de que se intentó manipular los testimonios de algunas personas que llevaron a la senadora a la situación de prisión en la que actualmente se encuentra. Cuando se termine de investigar eso, el resultado puede ser muy distinto.
¿Quién quisiera hacerle daño a la senadora?
La envidia es un deporte nacional de los latinos. Ella es una política exitosa, una mujer inteligente, de familia, y ello genera celos. Pero yo creo que lo que está pasando en Colombia es una confrontación de poderes.