$17 mil millones son para protección de los fuertes de Bocachica

Las inversiones de dragado en el canal de acceso a la bahía de Cartagena, que suponen el paso de embarcaciones gigantescas, sembraron temor por la conservación de los fuertes de Bocachica, que deberán soportar el alto oleaje producido así como el riesgo de sus estructuras a causa de la profundización del lecho.

((( Escuche aquí: audio entrevista de John Zamora a Silvana Giaimo – )))

Sin embargo, de la totalidad del valor del contrato por $115.6 mil millones, casi el 15% se destinará a la protección de los fuertes de San Fernando y San José de Bocachica. Serán $17 mil millones en obras de protección, precisamente para que ni la profundización del paso ni el oleaje de los barcos, termine socavándolos.

Silvana Giaimo, directora de relaciones corporativas de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, dijo que esa fue una de las preocupaciones principales del proyecto, y por ello intervino activamente el Ministerio de Cultura para asegurarse que dichos patrimonios históricos permanecerán indemnes. Solo cuando esta cartera entregó su aprobación, se pudo proceder a la firma del contrato.

El fuerte de San Luis se levantó entre 1646 y 1715, y el de San Fernando fue construido entre 1741 y 1749, y fueron piezas claves para la defensa marítima de Cartagena contra la entrada de piratas, bucaneros, corsarios y demás enemigos de la Corona Española.

El director de la Revista Zetta, John Zamora, entrevistó a la señora Giaimo para conocer la manera en que se protegerán a estos fuertes, así como la significación que estas obras tienen para el puerto.

¿En qué consisten las inversiones para el dragado?

El proyecto de profundización del canal de acceso a la bahía de Cartagena tiene una inversión de $115.684.964; de estos, el 50% está financiado con aportes privados sin ninguna contraprestación de Sociedad Portuaria, Contecar y Puerto Bahía.  El otro 50% está financiado con recursos públicos, pero que provienen del pago anticipado de 20 años de contraprestación de estos mismos puertos. Es decir, se adelantaron las contraprestaciones por 20 años para que el Gobierno pusiera esos recursos como su 50%.

¿Cómo se estructuran las inversiones?

El recurso público se destina al dragado; el recurso privado, principalmente, a al protección de los fuertes, en los que se invierte una cifra aproximada de $17 mil millones, a todas las obras de mitigación ambiental, y a la inversión social en las comunidades aledañas al canal de acceso.

Esa es una de las más altas preocupaciones. ¿Cómo hacer para que el progreso no destruya al pasado?

Son unas obras de protección de fuertes que el Ministerio de Cultura exigió desde el primer momento en que se habló del dragado. Se trata de proteger la cimentación para que el oleaje y la profundidad del canal no los vaya a afectar. Van a quedar totalmente resguardados con esta protección.

Se espera, entonces, que el contratista responda para que esos testimonios históricos no resulten afectados…

Estamos hablando de contratos diferentes. El contrato de dragado fue el que se firmó hoy (miércoles 24 de septiembre) con la firma belga Jan De Nul, especialista en dragados de profundización. La defensa de las fortificaciones será ejecutado por otra firma especializada en este tipo de obras, y lo mismo con la interventoría, con la mitigación ambiental, entre otros contratos. La Financiera de Desarrollo Nacional va a ejercer la coordinación general del proyecto y mantener así la articulación. Tenemos también un comité de seguimiento al proyecto donde están los Ministerios de Cultura y Transporte, Invías, los tres puertos, para todos garantizar que el proyecto se ejecute integralmente. Nosotros como cartageneros también tenemos el deseo y la responsabilidad de proteger nuestros fuertes.

¿Una vez las obras se entreguen dentro de seis meses, qué les representa al puerto de Cartagena?

Le representa a la economía del país que puedan entrar las grandes embarcaciones de última generación. Con la profundización del canal de acceso damos vía libre a que el país se inserte en las rutas grandes del comercio global, y en la medida en que barcos más grandes vengan, el país va a tener más conectividad con otros puertos del mundo, para aprovechar realmente los tratados de libre comercio.

El 80% del comercio internacional es por vía marítima, de manera que si no tenemos unos canales de acceso y unos puertos adecuados para las nuevas embarcaciones que llevan el comercio marítimo internacional, nos quedamos por fuera de la globalización.