Por John Zamora (Director de Revista Zetta 20 años).- Retractor. Es un retractor. El alcalde William Dau volvió a retractarse y consolidó la percepción que tiene una personalidad en pico y placa: un día desayuna alacrán, suelta la lengua, y al día siguiente debe retirar lo dicho.
(Ver: Pico y placa de Dau 16-11-2019 https://www.revistazetta.com/?p=33266)
Lo que se torna como constante debe tener freno, pues todo un alcalde de Cartagena tiene responsabilidades superiores a las de andar disculpándose.
Queremos ver a un alcalde poniendo en marcha megaproyectos, ojalá con respaldo del gobierno nacional; queremos ver a un alcalde dando al servicio los hospitales que andan cerrados; queremos ver a un alcalde dándole la bienvenida a los alumnos con plan de alimentación de calidad; queremos ver a un alcalde presentando un plan de desarrollo visionario, ambicioso pero aterrizado; en una palabra: queremos ver a un gobernante.
Un gobernante que cuando abra la boca sea para darnos la seguridad que vamos por el camino correcto, el rumbo que determinaron más de 110 mil votos de ciudadanos emputados por el desgobierno y la corrupción.
No elegimos un alcalde para que ande haciéndole caso a un “anónimo” con el listado de 16 funcionarios dizque miembros de un cartel de prescripciones. Cualquiera puede confeccionar una lista, con padrino político incluido, y enviársela al alcalde con la expectativa que la publique en sus redes sociales y mancille olímpicamente la honra de los servidores.
Un gobernante pone en marcha toda una política anticorrupción, comenzando por el ejemplo: que todos en el gabinete, con el alcalde a la cabeza, presenten sus declaraciones de renta; que todos cumplan con el perfil del cargo que ostentan… en fin…
Pero Dau es Dau y parece que no puede impedir que su “yo veedor” le arrebate el puesto al “yo alcalde”… y ¡zaz! a retractarse.
Quién quita que, asesorado por un abogado penalista, ese “yo veedor” crea haber depurado su técnica de denuncia, y pasar del señalamiento directo a la descripción general, y, además, ponerlo en forma de pregunta, para no dejar nada afirmado ni pisar el código Penal en el acápite de la calumnia.
El primer caso se pudo observar cuando el alcalde le advirtió al Concejo que sería una declaratoria de guerra si elegían a una Personera de la órbita del “que ha controlado a Cardique en los últimos 20 años”. Ajá… no dice el nombre, pero como en la canción de Pedro Navaja, “todos saben que es policía”.
En el segundo caso, el alcalde publicó el listado (que ya borró de sus redes) pidiéndole a la audiencia que le ayudara a saber si era verdad o no que esos 16 funcionarios de la Secretaría de Hacienda, con sus padrinos políticos, hacían parte del cartel de la prescripción. Así todo queda en el terreno de la incógnita, no hay afirmación, y por tanto no hay responsabilidad penal, supuestamente. Además, emitió un comunicado disculpándose.
(Ver: Ligereza de Dau con funcionarios de Hacienda ocasiona nueva retractación https://www.revistazetta.com/?p=33760)
Pero, ajá, ¿y quién quita lo bailado? ¿quién le devuelve la honra a los 16 mancillados 24 horas?
Tal vez sea un atrevimiento, pero con todo respeto le sugiero al alcalde que conjure su personalidad en pico y placa, que escuche el bolero que dice “me muerdo los labios para no llamarte” y que se centre en volverse gobernante. Para eso lo elegimos.