En una importante columna publicada en El Universal, German Danilo Hernández alerta sobre la construcción de un puerto sobre el mar Caribe en Turbo, Antioquia, con una inversión de U$300 millones mediante la fórmula de concesión a 30 años.
El proyecto se viene gestando de tiempo atrás y al parecer toma visos de concreción que obliga al pensamiento estratégico de Cartagena y la Región Caribe ante la consolidación de esa especie de “colonización”, si se me permite el término que tal vez suena brusco, que avanza desde Antioquia sobre el Caribe. Esto no es necesariamente malo si se construye sobre sinergias entre regiones, en vez de una imposición que concentra recursos nacionales hacia las élites empresariales paisas, como algunos temen.
La nota de Hernández reseña que el congresista Jorge Benedetti ha puesto el grito en el cielo, reclamando más inversión en el puerto de Cartagena a cambio de construir nuevos puertos, lo cual parece inapropiado; el asunto consiste, más bien, en preguntarse ¿Qué es lo que debe proponer Cartagena en materia logística para afrontar ese desafío paisa?
Sugiero algunas ideas para la discusión. La primera tiene que ver con el sector agropecuario. Pocos dudan que dicho sector ganará protagonismo por el contexto de decadencia del sector petrolero y las necesidades de alimentación que crecerán en un mundo cada vez más vulnerable por las pandemias y el cambio climático. Ante esto toma nueva fuerza la propuesta que planteamos, sin éxito, en años anteriores, en el sentido de impulsar una idea de consolidación del concepto «agro – logístico», que incluye la agroindustria, la producción social campesina y avanza con énfasis en la cuestión del movimiento de las cargas de la agricultura hacia las metrópolis regionales y los puertos de exportación.
Los paisas plantean que su nuevo puerto tendrá como prioridad la exportación del banano, sin embargo Cartagena sigue teniendo ventajas logísticas dadas por su conectividad con el «hinterland» del país a través del Rio Cauca y del Magdalena que desemboca en la bahía de Cartagena a través del canal artificial del Dique cuyo proyecto de recuperación debe ganar en dinamismo frente al reto paisa, así como la habilitación fluvial de los referidos ríos, con puertos multimodales en los municipios ribereños del departamento para mover carga agropecuaria.
Encuentro que el proyecto de Plan de Desarrollo Departamental 2020-2023, plantea la construcción de un Centro Agro logístico similar al que propusimos en el gobierno anterior, lo que me parece afortunado. Sin embargo considero que esa idea inicial amerita una ampliación en cuanto a su visión y alcances. En tal sentido sería importante enmarcar ese Centro Agro Logístico en la idea de consolidación de un Cluster agro logístico que tenga en cuenta el impulso y modernización de la agricultura en Bolívar y el Caribe Colombiano, así como la reivindicación y participación efectiva del campesinado organizado en su estructuración, habida cuenta de la inversión intensiva en tecnología que necesita la agro logística tal y como la pudimos observar en Países Bajos en 2017; vale destacar que Holanda es el segundo país exportador de alimentos del mundo, después de EE.UU.
Esta estrategia de participación del campesinado productor de las cadenas alimentarias en el territorio, en el gobierno y dirección de este proyecto y en las empresas que se desprendan de la iniciativa, implican una decisión política hacia el desmantelamiento de concepciones desigualitarias. El asunto no es nuevo. Piketty en su obra “Capital e Ideología” muestra el ejemplo de los países nórdicos y Alemania en donde “los representantes de los trabajadores tienen entre un tercio y la mitad de los puestos y derechos de votación en los consejos de administración de las empresas, con independencia de si participan o no en su capital…Hasta el momento, a pesar del éxito ampliamente reconocido del modelo social e industrial germánico y nórdico, caracterizado por un alto nivel de vida y de productividad, así como por una desigualdad moderada, los demás países no han secundado la experiencia”.
El proyecto debería considerar la provisión de bienes públicos en el sector rural empezando con la optimización del Distrito de Riego de Marialabaja, una infraestructura con potencial de riego de 20 mil hectáreas a solo 40 minutos de la Bahía de Cartagena y de su aeropuerto internacional.
Por último señalar que esta iniciativa planteada en el proyecto de Plan de desarrollo departamental (Centro Agro logístico), no puede estar desconectada de la política de mercados de Cartagena de Indias. En ese sentido ese centro ubicado en municipio cercano a la metrópoli, debe servir al traslado pospuesto del mercado de Bazurto, de manera que al interior del casco urbano de la Heroica no exista central mayorista de alimentos que sin duda generará caos urbano por el movimiento de carga, en tanto que al interior, Cartagena se especialice en el comercio y movimiento de carga minorista en vehículos menores.
Así las cosas es inaplazable un diálogo entre el gobierno Distrital, municipios del área metropolitana y Departamento para unir fuerzas frente a la «alerta portuaria» que anuncia German Danilo Hernández respecto de la construcción del nuevo puerto en Turbo Antioquia. Ellos, los paisas, tienen una ventaja y es que piensan en términos regionales. En Cartagena no nos cansamos de maravillarnos mirándonos el ombligo.
Posdata. Como proyecto visionario que suma a lo anterior, valdría, antes de pensar en un tren de cercanías con Barranquilla y Santa Marta, concebir un corredor férreo que reconquiste lo que antaño se denominó el Bolívar grande extendido incluso a la zona de Córdoba, hoy “colonizada” por los paisas. Un corredor que debería incluir la vieja línea férrea que recorría las márgenes del Canal del Dique, todo en una perspectiva de fortalecimiento de una idea «agro logística».