Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Ahora que el 2020 se despide, que se hacen balances y cortes de cuentas y que William Dau cumplirá un año de su llegada a la Alcaldía, es importante recordar que a través de estos espacios o de mis redes sociales he mencionado una y otra vez que Cartagena vive una crisis de confianza y que, si no trabajamos en esto, seguiremos patinando en el lodo. Una manera de aportar ese grano de arena en la construcción de confianza es mencionar algunos de los aciertos de una complicada gestión que ha tenido Dau en estos primeros 366 días al frente de la ciudad. No todo ha sido malo en la Alcaldía.
Dau es un auténtico terremoto político, su triunfo significó de entrada algo bueno para Cartagena. Una ciudadanía que se movilizó y que se pronunció frente a la grave crisis política que arrastra por décadas nuestra ciudad. Un mensaje contundente a las viejas estructuras electorales que por décadas se han repartido el poder local; o cambian, se preparan, abren el debate político, generan verdaderas políticas públicas de impacto social, entre otras, o las urnas los jubilarán. Sin importar el dinero que muevan en campaña.
La bandera contra la corrupción que ha enarbolado Dau es otra acción plausible, por lo menos desde lo simbólico. Tenemos que acostumbrarnos a que no existen argumentos válidos para que alguien se apodere de los recursos públicos y que se debe castigar a quién lo haga. Pero al mismo tiempo que todos debemos involucrarnos en la vigilancia de lo nuestro, la apatía ciudadana no cabe en una sociedad en la cual por culpa de la corrupción las personas pasan hambre. Lamentablemente en este punto las buenas intenciones no son suficientes y sus denuncias o no han encontrado eco o no tienen la fuerza necesaria para encontrar resultados. Lo peor es que esta lucha lo ha metido en peleas absurdas que lo desgastan y distraen de la gestión.
Como fue usual en otras ciudades que dieron un cambio en las elecciones de 2019, Dau planteó un gabinete un poco más técnico y joven. Una ciudad como Cartagena requiere expertos en diversas áreas que puedan abordar con integridad las complejas problemáticas que se presentan. Contar con personas preparadas y capaces, más que con cuotas políticas en la Alcaldía, deberá ser exigencia para los futuros mandatarios.
Tal vez mirando al detalle varios indicadores de la gestión de Dau, se encuentren avances al mando de Cartagena, pero el espacio y el tiempo son cortos. En otro escrito presentaré lo que a mi juicio no le salió tan bien. Por ahora, apelo al adagio popular: al Cesar lo que es del Cesar y a Dau lo que es de Dau.
Ambrosio Fernández
Twitter: @AmbrosioFma