Análisis de John Zamora (Director Revista Zetta) | 13-01.2021 |El error de la clase política fue subestimar a Dau.¿El de Dau será menospreciar la revocatoria?
Comenzó burlándose a carcajadas de la iniciativa ciudadana, tan democrática como su elección, lo que puede resultar grotesco y chocante, pero no le resta un amplio margen para despacharse en hilaridad.
Hemos dicho que la revocatoria es una meta muy difícil de lograr porque la ley está diseñada así. Si fuese fácil revocar a un alcalde, el país andaría cambiando gobernantes a cada rato, y la inestabilidad es nociva para la democracia. ¡Que lo diga Cartagena!
Lo otro es la conveniencia: ¿es mejor conformarse con lo que hay o es preferible buscar un cambio? Esa pregunta la trasmite un proceso de revocatoria, y el tiempo que la gente se toma analizando esa disyuntiva juega a favor del gobernante.
Y suponiendo que mucha gente esté de acuerdo, y que las firmas se consigan en un santiamén, la viabilidad electoral es estrecha. En otras palabras, si es difícil que la gente salga a votar, mas lo será que salga a revocar.
Por diseño legal, por conveniencia y por viabilidad electoral, Dau sabe que puede reírse, así eso no tenga nada edificante ni de caballeroso. Pero, ¿cuándo Dau ha sido noble, caballeroso y humilde?
A esa ventaja se suma otra: la chequera.
El Concejo, el mejor amigo de Dau (solo un gran amigo hace esto) le aprobó un presupuesto de dos billones de pesos, de los cuales el 75% es para inversión. Si se apura, Dau podrá invertir gran parte en el primer semestre, y gente contenta con obras y servicios en su vecindario no le caminará a revocatoria alguna.
En contraste, el Comité de Revocatoria tendrá que pasar el sombrero por una ciudad encogida por la pandemia en su dinámica económica. Maluco el bejuco.
Como en los comerciales de televentas… ¡espere! ¡Pida más!
Si eso fuese poca ventaja, tengamos en cuenta esta: la revocatoria es un movimiento ciudadano de inconformes, en teoría, pero en la práctica es una ensalada donde se mezclan ciudadanos castos y puros, decepcionados, examigos, adversarios, opositores, oportunistas, huérfanos de poder, ilusos, buscadores de popularidad, precandidatos a la Alcaldía atípica, lechugas, cebollas y tomates. Si en la foto de la revocatoria comienzan a aparecer intereses con apetitos ulteriores, se deslegitima el proceso.
Con tanta ventaja, Dau sabe bien que puede seguir riendo a carcajadas. Ojalá ese vilipendio no sea su error y pese a semejante ganga, la gente se rebote sorprenda. Si elegimos a Manolo, Campo Elías, Dionisio o Dau, aquí puede pasar cualquier cosa.