Era tan fácil detener el desastre y todo se abudineó – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- Siempre recuerdo el caso de Mathias Rust, un imberbe aviador alemán que en 1987 aterrizó su aeroplano en la plaza Roja de Moscú, en tiempos de la Unión Soviética. El hecho precipitó la salida del ministro de Defensa y el comandante de la Fuerza Aérea.

El sentido de la responsabilidad política implica que si un desastre ocurre, el titular del área es el responsable, y debe irse de inmediato, sea por renuncia o destitución.

Ese concepto tan sencillo y claro no lo ha tenido la ministra TIC Karen Abudinen, quien un minuto antes de este escándalo, era una de las de mejor calificación en el gabinete del presidente Duque. Hoy debe ser la peor.

Lo que pasó no es de minúscula entidad, sino de monstruosa calamidad: se abrió una licitación que se ganaron los más incompetentes, con papeles chimbos, y bajo las narices de la ministra. Y les entregaron $70 mil millones en anticipo, para luego darse cuenta del desastre, gracias a una denuncia periodística.

Ese era el momento de irse, esa era su avioneta en la Plaza Roja, pero se ha quedado a un costo altísimo para el Gobierno, gobierno que le han faltado pantalones para expulsarla y evitar que siga agrandando el hueco del escándalo.

Por responsabilidad política, sentido común y lealtad con el presidente, Abudinen debió irse.

Por cegata, majadera y negligente, Duque ha debido echarla.

(Como debió hacerlo con el exministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, a quien «cayeron de p’a arriba» nombrándolo codirector del Banco de la República).

Pero ahí está y ahí sigue, y el costo crece a velocidad exponencial.

Más por quedar bien con le opinión que por celo administrativo, la Procuraduría acaba de abrirle investigación a la Ministra. Grave. Debe irse.

En el Congreso tramitan moción de censura. La oposición quiere su cabeza y los partidos de gobierno la tienen muy “cuellúa” para defenderla, pero les tocará. Otro costo altísimo.

Pero lo peor está en la gente, donde se ha posisionado como una indigna para el cargo, al punto que se acuñó un nuevo verbo, sinónimo de robar o estafar: “abudinear”.

La Real Academia de la Lengua, al responder la consulta de un internauta colombiano, respondió:

Documentamos las formas «abudinar» y «abudinear» en textos de redes sociales como verbos de reciente creación, usados en el habla popular de Colombia con el sentido de ‘robar, estafar’.

No saldrá por corrupta, seguro no se robó un peso, pero su apellido está ad portas de ingresar formalmente al diccionario de la lengua española, y con muchos matices en su significación, ninguno honroso. Todo esto se abudineó.