El PAE y nuestra mentalidad de millonarios sin serlo – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).– 26 de septiembre de 2021.- La mayoría de las veces las cosas que pasan en micro en un país pasan en macro, basta con mirar cómo se comportan nuestras administraciones públicas locales para entender un poco como se maneja el país, y así nos va. 

Para todo buscamos un intermediario, alguien que lo haga por nosotros, estamos dispuestos a pagar por ello y a correr el riesgo de ser engañados, no tenemos para comer pero esperamos que pase el de la yuca por la puerta de la casa para pagarle, al intermediario.

Con el tema este del PAE yo es que al final no acabo de entenderlo, quiere el gobierno generar empleo en las comunidades más desfavorecidas y busca un intermediario, caro y tramposo para que se quede con un porcentaje grande del servicio que presta, y sus ganancias, viendo los números que se manejan en miles de millones, quizás ni se queden en la ciudad, este contrata unos empleados mal pagos y compra comida sobre facturada y al final todos pierden, hasta el usuario final, los niños.

No he visto un solo colegio en China que no tenga su cocina en el sitio, quizás los haya pero yo aún no los he visto, ¿por qué? Es que es fácil, es un tema de suma, resta y multiplicación, con lo que le pagan al intermediario por un año de PAE (plan de alimentación escolar) pueden hacer una cocina y pagar un año más con uno pagan dos, hay colegios que tienen comedores, otros que no, el alumno hace su fila, coge su bandeja y se va para el sitio que le dé la gana en el colegio, las cocinas escolares son manejadas por empresas dentro de los mismos barrios, lo más cercanos al colegio, así se ahorran transportes, se facilitan las cosas y lo más importante se le da empleo a esas comunidades.

Sumas una cocina, restas un intermediario y multiplicas el dinero para quienes más lo necesitan.

Esos miles de millones que luego en muchos casos se van de la ciudad se deben dejar en las bases sociales, en las comunidades donde están ubicados esos colegios, a esas madres cabezas de familia, con capacitaciones en nutrición en manejo de alimentos en creación de empresas, hay que dejar atrás el negocio para las élites y darles la oportunidad de hacer negocios a los que lo necesitan también.  

¿Un solo contratista cuántos miles de millones y cuántos colegios en Cartagena? ¿Cuántas familias? 

Se capacitan a varios y varios crean empresas, cooperativas, que podrán licitar en concursos abiertos, equipos de proveedores, administrativos, chefs, en fin, una cantidad infinita de actividades lucrativas y a la vez altruistas como es el de alimentar a nuestro niños disponible para unas comunidades donde el desempleo tiene cifras de más de dos dígitos.

Nuestras tendencias a ser reduccionistas nos hacen comportarnos como países ricos y se nos ha olvidado innovar,  emprender, producir para nosotros mismos, eso lo podemos ver desde grandes escalas vehículos, maquinarias hasta en el campo y el PAE por ejemplo, usamos carros pero no los fabricamos, vendemos nuestras materias primas y luego importamos los productos terminados, tenemos conflictos en el campo y los queremos solucionar con bala cuando las soluciones están en el Congreso y en los puertos, en el Congreso legislando para proteger a esos campesinos y a sus productos de productos subsidiados del exterior que representan un buen negocio, negocio para dos o cuatro empresas importadoras que quizás se llevan sus ingresos a paraísos fiscales y solo dejan en Colombia el sueldo de secretarias y empleados mal remunerados, los empleos se generan en los puertos protegiéndolos que no entren productos ilegales que también matan al emprendedor y al comerciante local y crean hambre y pobreza.  

La economía de un país se robustece desde adentro, no es desde afuera importando productos terminados o materias primas que destruyan el comercio local, esa tarea China la ha entendido a la perfección. Exportar desde acá es muy muy fácil, importar es un lío tremendo. Todos los productos a importar tienen como precio base  de venta el equivalente  al precio del producto local, luego entonces las trabas y el gravamen a estos productos con el impuesto antidumping (valor agregado que tiene que pagar un producto importado que se acerque al valor del producto local para suprimir o eliminar cualquier daño a la producción nacional).

Si lo que se desea es generar igualdad en Cartagena hay que empezar por dejar de ser reduccionista y olvidarnos de la fácil, costosa y dañina intermediación, Edurbe incluido, nos cuesta miles de millones mensuales y no se está recibiendo por lo que se paga.

Un buen PAE debe ser inclusivo, debe urgentemente establecerse un plan para dotar a los colegios de cocinas que permitan que cooperativas manejadas por las comunidades alimenten y nutran a los niños, deben esos dineros quedarse en esos barrios para dejar participar a las comunidades más necesitadas del presupuesto público pero con un objetivo primordial, darle al Plan de Alimentación Escolar la dignidad y el respeto que se merece. 

Son nuestros niños, ¡¡¡joder!!!

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

Xiamen-China

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www.alvaroroyo.com

Twitter: @Alvaro_E_Royo

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Cafeteria worker helping elementary students select food in lunch line