Cartagena en obra negra

Por Ana María Cuesta. (Especial para Revista Zetta). Pocos vivieron a aquella Cartagena distinta, no en su permanente y habitual remiendo. Tuvieron más cosas que hacer que quejarse por todo. Por las jóvenes exhibiendo a extranjeros seniles en costosos restaurantes y bares. Por el chiste de un megaproyecto de transporte masivo con una década en construcción. Por las canoas que faltan en la ‘ciudad bonita’ cuando empieza a llover.

Mi generación ha tenido que convivir con esta ciudad convertida en una marca y un producto de revistas y rankings, en la que poco cree. Después de haber visto cómo en 1995 un puente vehicular se desplomó solito, ahí, frente a la ‘bonita’ que sólo abarca el Centro Histórico.

Más allá de las murallas, abiertas al público, lo único que como cartageneros compartimos son los problemas. Somos, según información de un Observatorio del Ministerio del Interior, la ciudad más discriminatoria del país. En palabras de ‘Chao Racismo’, la más racista y quizás acomplejada: las mayores denuncias por racismo en la historia de Colombia vienen de allí.

«Sus complejos no son culpa del negro. Al cartagenero no le gusta sentirse así sino moreno, o trigueño. Es muy poco el negro que se autoreconoce», dice Ray Charrupi, director de esta ONG que, para este ejercicio, comparó a los cartageneros en el espejo del difunto astro afro Michael Jackson. «Michael decidió su blancura porque la sociedad lo acomplejó», agrega.

Falta poco para terminar el mandato atípico del Alcalde Dionisio Vélez Trujillo y ha surgido una grave denuncia sobre el manejo de un fondo destinado a lo ‘afro’, población que según el último censo, abarca al 36% de los cartageneros.

Edwin Salcedo se reconoce como negro, es codirector de la Alianza Verde de Bolívar, y ha declinado a futuras aspiraciones políticas. Fue por años especialista para el desarrollo en asuntos afro, en diversidad e inclusión, de la Embajada de Estados Unidos en Colombia. Hoy denuncia que no hay certeza sobre la ejecución de los $1.200 millones de pesos que en 2013 y 2014 se destinaron para el componente afro del Plan de Desarrollo «Ahora sí Cartagena».

El difunto Campo Elías Terán gestionó estas partidas para la inclusión creando una política pública para los  negros y negras de la ciudad. Pero, hasta noviembre de 2014, un mes antes de lo previsto para invertir este dinero, se supo que sólo se había ejecutado el 60%, poco más de $740 millones de pesos. De esto, el 58% se gastó en órdenes de prestación de servicios, OPS’s.

¿OPS’s para qué, en una administración que coincidió con un agitado calendario electoral? Apoyo logístico de la oficina afro? Salcedo denuncia que no se cumplieron cabalmente los indicadores de este programa que contemplaba $300 millones para la capacitación de 26 Consejos Comunitarios que, a su juicio, no se hizo completamente. Allí contemplaba la presentación de dos solicitudes de titulación colectiva ante el Incoder que, asegura, tampoco se presentaron, aunque la administración dice que presentaron 8.

Que contemplaba $100 millones para el fortalecimiento institucional ‘yo con yo’, esto es capacitaciones a funcionarios de la misma Alcaldía. $100 millones para el componente ‘Cartagena no discrimina’, que asegura, no se ejecutó, pues debía implementarse un sistema de información que no existe. Y $700 millones para 3 eventos culturales y académicos, de los que se supo, el más importante fue adjudicado a ‘Chao Racismo’ para una megaconferencia.

El vocero de Chao afirmó que ganaron una licitación y contrataron por $130 millones de pesos la realización de un «evento afrodiaspórico internacional» que duró un solo día, con aforo de 350 personas, en el que se discutió «la estética de la diáspora africana, un reto al autoreconocimiento» con conferencistas de talla internacional.

¿Y qué pasó con las organizaciones afros locales? «Si las organizaciones locales no acuden a la administración, nosotros tenemos mucho que aportar en Cartagena», dijo el vocero de esta ONG del Valle del Cauca.

Afirmó que hay avances en esta administración con lo afro que se evidencian con el compromiso que el exalcalde Carlos Otero hizo al auspiciar la más reciente Cumbre Mundial de Mandatarios Afrodescendientes. «Pudiendo Dionisio no refrendar el compromiso de Otero con la Cumbre, lo hizo, e incluso dio más dinero para el evento. También gracias a la asesora Gisela Pérez», agregó.

En contraste con lo que piensa Chao de la administración con la que ha contratado, líderes afro como Manuel Salinas coinciden en afirmar que los recursos para estos programas en Cartagena “no son bien distribuidos. No existen estadísticas claras sobre en qué se gastan. La participación en políticas públicas está en pañales».

Gustavo Balanta, conocido gestor afro, indica sobre la denuncia de Salcedo que «no se sabe ni qué pasó con ese dinero. No hay una política de inclusión económica. A los afro nos preocupa el hambre, la identidad y la defensa de nuestro territorio». Dijo además que el Distrito no invierte en viviendas para pobres, víctimas y negros. «Para los estratos 1,2,3, no hay terreno para construir. Nos confinan a la periferia. Sólo hay inversión para proyectos de alta gama».

La mujer que está en cabeza de este programa distrital es Mirta Hernández. Lacónica pero muy respetuosa, se abstuvo de responder sobre la denuncia del dinero afro invertido en OPS’s. Sólo atinó a decir que «esa persona que denuncia sabe mucho».

Mientras escribo, una niña  le pide a su madre que le permita alisarse el pelo.  Otro joven se siente acomplejado por su piel. Otra se convence de que  puede aportar en su casa como acompañante de europeos. Le pregunto al Alcalde ¿Las políticas afro también hacen parte de nuestras obras negras?