(Opinión de Luis Adolfo Payares).- Verónica González, decana de la facultad de periodismo de la Universidad de la Plata en Argentina, manifiesta en su último escrito sobre deporte: “Los eventos deportivos despiertan los sentimientos patrióticos de los espectadores. Él deporte de alta competencia cumple una función importante para la afirmación de la identidad nacional, ya que el estadio se convierte en el escenario donde la nación está representada por los colores de cada bandera y el canto del himno. Allí se simboliza una guerra y la victoria se convierte en símbolo de cohesión…” Indudablemente una afirmación que se apega a la realidad y que se constituye en un trampolín para que los políticos desarrollen estrategias conceptuales para favorecerse. Casos hay muchos, y desde que tengo uso de razón las anécdotas pasan muchas veces desapercibidas sin que el espectador de a pie las pueda discernir.
Cuando Bolívar descollaba de manera fulgurante en los años 70 en el béisbol nacional, la ciudad de Cartagena se unía en torno a este deporte y se fortalecía el regionalismo local a través de un swing, un lanzamiento o un batazo de cuatro esquinas. Era tanta la pasión que se transmitía localmente que a un concejal de la época se le ocurrió regalar boletas para ver los grandes clásicos entre Conastil y Colpuertos, que abarrotaban el 11 de Noviembre, todo esto con el único fin que en contraprestación le “dieran el voto” el día de las elecciones.
Considero que los entes territoriales que se dedican a trabajar por el deporte, deben trascender hacia otras formas de administrarlo, deben circunscribirse a hacer del deporte una empresa, que se dedique con altos estándares de eficiencia a sacar nuevos deportistas de alto rendimiento. Muchas veces los escasos logros locales que hay en materia deportiva, se desvanecen en el tiempo y no logran replicarse posteriormente, ya que no hay la debida continuidad porque llegó otro alcalde u otro director de deportes.
Mecenazgo
La palabra mecenazgo corresponde a reiterar un apoyo financiero a un deportista para que pueda seguir con su labor, de encontrar nuevas figuras en el deporte donde obtuvo varios triunfos. Actualmente varios países como Argentina tienen este tipo de patrocinios, para desarrollar deportistas de alto rendimiento, no solo en el fútbol, que es su deporte estrella, sino en el béisbol, donde son muy pocos los que lo practican. No dudo que en poco tiempo habrá un argentino en las Grandes Ligas. (https://www.beisbolmetro.com.ar).
En el caso Cartagena, nuestras figuras deportivas, se van de la ciudad ya que no reciben el apoyo requerido por las autoridades que deben promover el deporte. ¿Por qué no llamar a Orlando Cabrera y darle las herramientas necesarias para que desarrolle una escuela de béisbol en la ciudad? ¿O a Cecilia Baena para que enseñe a las figuras emergentes todo su experiencia en el deporte del patinaje? Realmente no hay la decisión y el querer, porque no hay el interés y fuego en el corazón en el deporte para hacerlo, solo existen entes no gubernamentales, que muchas veces con las uñas sacan adelante estos proyectos de manera individual.
Credibilidad
Alguna vez un director deportivo me dijo que necesitaba un patrocinio para determinado campeonato, y que le ayudara a conseguir uno. Le dije que el problema que existe es la credibilidad, a la dirigencia local le hace falta credibilidad, no hay la suficiente certeza de querérsela ganar por lo menos en la empresa privada, porque en lo político este factor no es determinante. Lo único importante es hablar con el dueño de la “hacienda”, para que se apruebe cualquier monto. Cómo es posible que en pleno siglo XXI todavía haya parcelas que tienen dueños en la administración pública, cosa que no debería ser así, mucho menos en el deporte que es un derecho fundamental del ser humano.
“Para eso tienes que hablar con “perencejo” porque él es el dueño de tal secretaría, o con “menganejo” porque él es el dueño del IDER”, me dijo en estos días un amigo que se dedica a ser “ciudadano clientelar” (puya ojo).
El fortalecimiento deportivo de una nación o de una región sin lugar a dudas, propende por el mejoramiento de varias variables que contribuyen a tener mejores ciudades y mejores ciudadanos; cuando los que gobiernan esta ciudad entiendan eso, probablemente disminuirá la inseguridad, se elevará el nivel de vida y habrá más campeones mundiales en los deportes donde de alguna manera, todavía somos potencia y tenemos la capacidad ergonómica para practicarlos.