“Satiricón” de Federico Fellini, para no perder el asombro – Viernes del Dr. Pertuz

Por Eduardo Pertuz (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 30 de junio de 2023.- Basado en la novela Satiricón de Petronio, romano y amigo de Nerón, el gran cineasta italiano Federico Fellini hace una puesta en escena de manera magistral de dicha novela, aprovecha los aconteceres de la Italia de 1968 y plasma con genialidad hechos repetitivos en la historia de la humanidad.

Petronio en “Satiricón” combina la sátira, la crítica social a un Imperio Romano en decadencia, sumido en la banalidad, la corrupción, la fuga de los valores, en una sociedad sin rumbo, en donde los placeres mundanos sobrepasaban los saberes que engrandecen al ser humano, como son las artes y la cultura.

No creo que Petronio se haya imaginado que su escrito 2000 años después seguiría vigente, esta vez de la mano de Fellini.

De la novela “Satiricón” solo se sabe de fragmentos, pero el afamado director de cine logra a través de un estilo visual único, una obra maestra del séptimo arte, llena de fantasía surrealista, sátira social y crítica.

Cuando llegó el momento del compartir con los asistentes, vino otra parte maravillosa, la opción de escuchar otros puntos de vista. Imposible no recordar al escritor italiano Nuccio Ordine, cuando en la película se menciona que, leyendo a los “clásicos” se puede retomar el camino de la «cordura».

Tanto en la novela “Satiricón” de Petronio, como en la película de Federico Fellini con el mismo nombre, se invita a reflexionar sobre la naturaleza de la civilización, un despertar de conciencia en esta loca carrera, si mantenemos viva la pasión por el artes, la música, literatura y todo aquello que hoy se considera “inútil”. Sería una manera de no perder el sentido de la vida, o por los menos para mí es una forma de mantener los pies en la tierra.

No perder el asombro, que pueda seguir explorando el mundo, aprendiendo cosas nuevas y repasando las ya conocidas.

Que no quede nada en el tintero de la vida por hacer, triste partir sin llegar a experimentar lo que realmente deseábamos, lamentando no haberlo vivido; estamos a tiempo, hay vida, no sé hasta cuándo.