Respiro en la frontera Caribe – Opinión de Ambrosio Fernández

Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 22 de julio de 2023.- Luego de varias decisiones adversas a los intereses de Colombia, la Corte Internacional de La Haya por fin dio una buena noticia para el país en el marco del largo litigio que desde hace varias décadas ha adelantado Nicaragua, con el que ha pretendido no solo reclamar la soberanía del archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina, sino también parte de nuestra plataforma continental. Incluso algunos conocedores de la estrategia nicaragüense afirmaban que lo que ha pretendido el país centroamericano es fijar sus límites marítimos relativamente cerca a Cartagena.

Afortunadamente y gracias también a una defensa un poco más consistente que adelantó Colombia en los últimos años, el tribunal de La Haya esta vez le dijo a Nicaragua que sus reclamaciones por la plataforma continental colombiana no procedían. A pesar de que el gobierno de Daniel Ortega anotó en medios que estaba satisfecho con la decisión, los expertos en la materia catalogaron el anuncio como un gran logro para nuestra nación.  

Así como hace algunos meses me pronuncié sobre las lecciones que nos había dejado un fallo bastante sonado en Cartagena, esta vez es preciso anotar aprendizajes que nos deja esta bocanada de aire fresco que trae la decisión del tribunal. Este tipo de mensajes seguramente estarán en los medios durante estos días, sin embargo, es preciso reiterarlos para que el país tome conciencia de su lugar en el mundo.

El primero de ellos es que nuestra defensa internacional debe ser un propósito común. Lamentablemente desde que Nicaragua inició el litigio contra Colombia, la hoja de ruta que debía tomar el país en la materia estuvo supeditada a las rencillas entre presidentes y expresidentes o a virajes de acuerdo con lo que estableciera el gobierno de turno. Mientras tanto, los nicaragüenses mantuvieron un equipo sólido a lo largo de décadas para pelear por sus intereses.

A pesar de haber perdido una vasta extensión de mar en fallos anteriores, todavía no nos damos cuenta de la importancia estratégica de este. Lo de tener costas sobre dos océanos pareciera que nos sirviera solo como eslogan de promoción del país, porque Colombia aún sigue atrás en materia de exploración marítima, infraestructura portuaria, entre otros. Sin duda factores diferenciales que nos podrían hacer un jugador clave en materia de logística o comercio internacional. 

El reciente fallo es un gran punto para nuestra nación, pero no se debe cantar victoria, pues el vecindario sigue siendo adverso y aún hay diferendos limítrofes por aclarar con otros países, especialmente con Venezuela, que puede ir detrás de una parte de nuestro mar Caribe. 

No hay enemigo pequeño y eso lo ha demostrado con creces Nicaragua, que a pesar de ser un Estado mucho más pequeño y bajo la tiranía de los Ortega, ha logrado asestarle a Colombia importantes golpes.