¿Es la Alcaldía de Cartagena héroe o verdugo en caso Transcaribe?

El reto más grande del próximo alcalde en materia de movilidad es sacar TransCaribe adelante y ponerlo en pleno funcionamiento.

Por Andrés García Zuccardi (Senador de la República).- La crisis que atraviesa el Sistema de Transporte Masivo de Cartagena, Transcaribe, ya ha saltado a la esfera nacional, llamando la atención de grandes medios y acumulando críticos. Es por eso que desde diferentes instituciones hemos venido adelantando debates e iniciativas enfocadas en garantizar que los habitantes de la ciudad de Cartagena (Bolívar) y sus multitudinarios visitantes puedan contar con un sistema de transporte de calidad.

Para ello hay que sentar en la misma mesa al gobierno nacional, los entes de control, concejo de Cartagena, transportadores, operadores, contratistas y a la comunidad con el objetivo de establecer compromisos donde todos ganen y en especial Cartagena de Indias y sabemos que no se trata de una tarea fácil.

Frente a esto hay mucho que podemos aprender del proceso de paz actual, no se trata de dividir y crear hostilidad, sino de llegar acuerdos que beneficien la ciudadanía y garanticen el buen funcionamiento del sistema.

A raíz de las demoras y las promesas incumplidas a los ciudadanos, que esperábamos ansiosos por abordar estos buses que nos fueron prometidos hace más de 10 años, se convierte en un tema imperativo para la administración actual lograr cumplir con la entrega de un Sistema Integrado de transporte en pleno funcionamiento, que no desconozca los medios de transporte que se utilizan hoy en día en la ciudad de Cartagena y que integre iniciativas positivas como la que logramos incluir en el Plan Nacional de Desarrollo referente al transporte público acuático. 

Pero han pasado tantos años que la gente de Cartagena solo mira el proyecto con desaire. Es más, es poco lo que los Cartageneros conocen del proyecto, en el imaginario colectivo solo está que no ha iniciado porque los “políticos” se roban la plata. Ahora más que nunca es necesario que la gente de Cartagena conozca el proyecto, conozca su evolución, las razones de los retrasos y en especial los aspectos más positivos del proyecto como por ejemplo el plan de implementación. Las investigaciones que inicié desde el Congreso hace unos pocos meses arrojan una conclusión principal: es necesario el esfuerzo de toda la sociedad cartagenera para que salvemos Transcaribe y lo único que necesitamos es sentido común.

No tiene sentido poner en marcha el piloto de prueba sin al menos de 60 buses, sin haber optimizado las rutas y con deficiencias para cubrir y llevar a cabo los planes de chatarrización tal como se encuentra en el plan de implementación.

La falta de preparación también fue incluida junto a otros fundamentos en una tutela recientemente aceptada por el Juzgado Municipal de Cartagena que cita: “Pese a que es deseable para la ciudadanía y para el suscrito accionante, la puesta en marcha del sistema, por los beneficios que ello deberá traer frente a la caótica operación del servicio de transporte público en la ciudad de Cartagena, la decisión de implementarlo a partir del día 17 de noviembre de la presente anualidad, se constituye en una amenaza seria de vulneración a los derechos constitucionales fundamentales citados, habida consideración que según la opinión de expertos y lo que se desprende de los anuncios oficiales, no se actualizan a la fecha de formulación de la presente acción y en prospectiva, para la fecha fijada para el inicio de la operación, los requerimientos técnicos mínimos para el adecuado funcionamiento del sistema, incluso en su fase pedagógica”.

Además hay que pensar en el impacto que tendrá este sistema sobre nuestro valioso patrimonio arquitectónico en la heróica, ya que estudios recientes divulgados por el antiguo asesor de la Sociedad de Obras Públicas Jorge Rocha, revelan que los estudios presentados por TransCaribe con la asesoría de la Sociedad Colombiana de Geotecnia presentan fallas y la muralla en sectores como la torre del reloj y el Castillo podrían sufrir hundimientos, deformaciones y daños estructurales como consecuencia del peso y el paso de los buses.

Esta tarea monumental que le ha sido confiada por los ciudadanos al Alcalde Dionisio Vélez podría convertirse en una espada de doble filo, ya que sumado a la crisis en movilidad de la ciudad y la ineficiencia en la atención de temas como el mototaxismo y los caballos cocheros, podría ser la gota que derrame la copa en el tema de movilidad y condenaría al mandatario de la ciudad como el verdugo de TransCaribe y de paso de la movilidad en la ciudad.

La única manera que el alcalde actual podría encontrar para reivindicar su deuda con la movilidad de la ciudad y con los colombianos es si logra cumplir con esta tarea monumental; para realmente pasar a la historia como el héroe que salvó TransCaribe, de lo contrario será su verdugo.

Es desalentador el contexto en que se encuentra la movilidad de la ciudad heroica de Colombia, que ha sido víctima de decisiones de última hora, obras con poca planeación y falta de participación ciudadana en los procesos de cambio, es difícil pensar que la actual administración va a dar un buen cierre en la materia, sobre todo cuando los costos finales duplican lo propuesto en un principio, llegando a los 700.000 millones de pesos y la inversión no se ve.

Los procesos de cambio como TransCaribe, deben involucrar a la ciudadanía para mejorar sus probabilidades de éxito, meta en la que llevan ventaja ciudades como Medellín y Bogotá.

Pero las decisiones y anuncios precipitados del Alcalde, como haber cometido el error de anular vía decreto 7 rutas actuales que necesitan los cartageneros – decisión que tutelaron los transportadores y ganaron con toda razón – y un trazado que presenta retrasos en muchos puntos de la obra, se hace evidente que no hubo un trabajo mancomunado con la ciudadanía para que esta obra que va a cambiar las perspectivas urbanísticas de la ciudad, responda a las necesidades y hábitos de los habitantes de Cartagena.

Cualquiera puede dar una orden de poner a rodar unos buses, la gran pregunta es: ¿qué hay detrás de esa orden?.

De ser algo planeado con tiempo, apoyado sobre los aportes valiosos que han hecho quienes han participado en el proyecto, dando solución a todos los problemas del pasado como las demoras en la obra, la rehabilitación de las estaciones, la construcción del patio portal y además tener estas soluciones para la tan anunciada entrega del ‪17 de noviembre‬ sería definitivamente un héroe, pero si se implementa el sistema a las patadas, sin considerar las lecciones aprendidas del trabajo de otros sería más que un negligente: sería un verdugo.