Por Luis Adolfo Payares (Especial para Revista Zetta).- El deporte, según las nuevas herramientas de administración, debe ser construido con una planeación estratégica y un direccionamiento preciso a través del tiempo, trabajando con estadísticas y recursos novedosos para que verdaderamente se vuelva competitivo en el ámbito internacional. Nuestro querido deporte del softball se ha venido construyendo a través de improvisaciones y de traer jugadores presuntos colombo – venezolanos que no dejan ninguna instrucción en el deporte local y mucho menos dejan una semilla sembrada para que se siga fortaleciendo.
Para nadie es un secreto que la falencia principal del softball colombiano es el pitcheo, donde no hay hasta el momento un jugador representativo que podamos decir esta al mismo nivel de un Ramon Jones o de un Lucas la Mata, o de un Jeremy Manley, todos estos considerados como los mejores lanzadores del mundo. Pero ¿ Por qué no se han formado más lanzadores de este nivel en Colombia..? “Sencillamente porque ha habido mucha improvisación, no hay planes estratégicos, no existen escuelas de formación, lo que se hacen es esfuerzos aislados que no contribuyen en nada al fortalecimiento de este deporte”. Manifestó un exmiembro de la federación que no quiso que publicáramos su nombre. Además, -insistió- se escoge el camino más fácil de traer a los venezolanos, le sacan papeles, en Uribia, San juan, Marialabaja, en fin en cualquier municipio donde no conocen una bola de softball para nacionalizarlos de manera arbitraria y decirnos que esa esa es la solución…” Y lo peor es que algunos miembros de estos órganos, tienen relaciones de “bragueta”, con jugadoras y jugadores, permeando la moral y las buenas costumbres que tiene que promulgar el deporte.”
En entrevista reciente realizada por el programa Visión del deporte al Dr. Angel Carrillo manifestó que: “Existen denuncias en la Fiscalía con nombres propios de los diferentes jugadores y jugadoras que han llegado a el país presuntamente como colombo – venezolanas, pero hemos descubierto que sus padres, ninguno de los dos son colombianos por lo cual sabemos que hay algo ilegal en todo esto.”
Este tipo de situaciones enrarecen el deporte y lo llevan a sucumbir, porque no se toman las iniciativas de promoción y de fortalecimiento deportivo a través de la planificación estratégica, término que parece no conoce el comité de administración de la Federación.
En entrevista al Presidente de la Federación el Dr. Argemiro Bermúdez, nos informó sobre lo que se habló en la pasada reunión de la federación donde se sentaron posiciones sobre estos temas, pero hasta el momento no hemos conocido un acta o resolución que merecen una respuesta inmediata. Además se fue lance en ristre contra el secretario, manifestando que iba “por caminos tramposos”, no sabemos realmente porque este calificativo del presidente a un miembro de su comité ejecutivo. Lo que sí está claro es que las peleas intestinas dentro del seno de la federación deben acabarse y tratar de trabajar mancomunadamente, por el softball colombiano, para que no siga el berroche.
Para poner la fresita del postre del berroche, nos enteramos de la intención que tenía una multinacional para apoyar el softball colombiano, con una suma importante (100 millones de pesos), pero que no se concretó ya que no hubo la capacidad administrativa para poder lograrlo, por simple negligencia, después se andan quejando que no hay apoyo, y desaprovechar este tipo de patrocinios es de verdad muy grave y deberían renunciar todos en pleno, si las ligas no fueran tan desordenadas y tuvieran a verdaderos dolientes del deporte, quizás ya hubieran volado todos como Ricaurte en San mateo. Además en estos días arrancó la práctica de la selección Colombia que va para el suramericano de softball en Panamá, y están practicando solo los jugadores que son de aquí, los demás vendrán dos días antes que empiece el torneo, viajen a Panamá a pasear y de regreso, como el pibe: TODO BIEN TODO BIEN. Por eso seguiré llamado a todo esto EL BERROCHE DEL SOFTBALL.