El gobierno del presidente Juan Manuel Santos confirmó que no piensa apretarle las tuercas a Electricaribe, y que prefiere quedar bien con un inversionista español, a costa del bienestar de la región Caribe.
Así fue interpretado el desplante hecho por el nuevo superintendente de Servicios Públicos, José Miguel Mendoza, a la reunión de gobernadores del Caribe congregados en la sede de la Gobernación de Bolívar en Turbaco.
Los gobernantes regionales enarbolaron pancartas en las que exigían la intervención de Electricaribe, y el superintendente eludió expresamente cumplir la cita. Lo esperaron y lo esperaron todo el día, pero se argumentó que tenía compromisos en un foro académico en el hotel Las Américas en La Boquilla.
La costa Caribe fue decisiva para el triunfo de Santos en sus dos elecciones presidenciales, pero el mandatario no ha correspondido a la región. Aunque se ufana de multimillonarias inversiones, el rezago es descomunal en lo social, y aspectos medulares como la prestación del servicio de energía no son contemplados.
A los gobernadores no les quedó otra que reafirmarse en lo señalado por el anfitrión, Dumek Turbay, que retrató la política cínica de la empresa comercializadora de energía eléctrica, y esgrimió las razones que justifican una intervención.