A mi Padre y Tío Agustín Villar Sáenz,
Por quien profeso un amor reverencial y me enseñó
Que la paz llegará cuando podamos educar al hombre en el respeto y el amor construyendo un nuevo colombiano.
Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).- En estos días que mi corazón reboza de alegría y experimento sublimes sentimientos patrióticos debido al sentido discurso de Juan Manuel Santos Calderón donde anunció la terminación del conflicto armado con las Farc, se vienen a mi mente infinidades de recuerdos, casi todos se remontan a la infancia y a la adolescencia. No soy victima directa del conflicto que ha bañado de sangre por tanto tiempo a nuestra nación, lo más cerca que estuve de este flagelo fue cuando un pequeño reducto de paramilitares irrumpió en los municipios de Soplaviento y San Estanislao de Kostka en el norte de Bolívar, luego ya graduado de abogado tuve una diligencia judicial en Riosucio Choco, íbamos en la panga provenientes de Turbo Antioquia por todo el rio Atrato cuando una piraña de la Armada Nacional nos interceptó, verificaron documentos de identidad a ocupantes y tripulación, luego procedieron a capturar a un pasajero que iba armado y según me comentó el comandante de la zona tenía la orden de hacer arrimar la embarcación para entregar a los pasajeros a un grupo de insurgentes pertenecientes a las Farc, más o menos es la misma zona donde secuestraron al General Alzate.
Es apenas obvio y según mis publicaciones anteriores cual será el sentido de mi voto en el Plebiscito que ha convocado el Gobierno Nacional a realizarse el día 2 de Octubre.
Pero hay un grupo de personas que he estado buscando por distintos medios saber de manera clara su posición política y social sobre la terminación de la guerra, aquellos que son eruditos de la Paz y el Desarrollo, esos hombres y mujeres que en la última década han vivido como Príncipes y Princesas a costas de la guerra.
Cuando hablamos de los enemigos de la Paz muchas veces se nos viene a la mente la imagen del Procurador, de Pepe Lafaurie o del expresidente Uribe, quienes por distintas razones están en contra de las reformas que el nuevo escenario social, político y económico trae.
Pero, queridos amigos hay un grupo que viene pasando de agache, un grupo grande de personas que gozan de gran prestigio político, económico y académico, que han tenido el manejo de grandes cantidades de dinero provenientes de organismos internacionales y del gobierno colombiano, o sea, la plata de los contribuyentes.
Viven de la guerra, no han tenido necesidad de disparar un solo fusil o vestir un camuflado, por el contrario, visten prendas finas y cuidan su vista con lentes de última generación en monturas importadas, viajan por el país y por fuera de este en primera clase, comen en los restaurantes más finos y costosos de Colombia, se hospedan en lujosos hoteles y todo porque están trabajando para implementar medidas para reducir la violencia territorial en nuestros pueblos.
Después de intervenir nuestros municipios será posible que este grupo de colombianos y extranjeros cercanos a Dios y no tan cercanos, serán capaces de promover desinteresadamente el Sí a la Paz en esas poblaciones, será posible que movilizaran a la población y convertir a los pobladores en agentes multiplicadores del contenido de los acuerdos? Yo personalmente espero que sí.
Aprovecho esta tribuna para hacer un llamado a todas esas personas que viven del conflicto a que asuman una posición expresa sobre la terminación del mismo, que utilicen todo ese recurso económico, humano y político para llevar un mensaje de Paz que llegue a los corazones de las personas que han sido intervenidas por ustedes y así de una buena vez por todas poder hablar y hacer tangibles las estrategias de Paz y Desarrollo que tanto necesita nuestro País.