Por Sigifredo Tapia B (Especial para Revista Zetta).- El Sí, apoyado por la mayoría de los partidos políticos colombianos, líderes sociales de diferentes orientaciones políticas, sindicalistas, académicos y una gruesa franja de la sociedad colombiana e inclusive los miembros de la AUC presos en EEUU. El No, apoyado y promovido por el Centro Democrático, será el único partido que podrá reclamar su votación por el No, es decir, podrá ser el único partido que se cuente y mida cuanta fuerza tiene y nadie podrá reclamar que no son de CD, mientras que la votación del SÍ se atomizará en el entendido que es una lucha colectiva en la cual todos aportan y será muy difícil contabilizarlos por separado.
Uribe ha demostrado ser un “monstruo” político y mover las masas, es un estratega en todas sus acciones y como un jugador de póker al advertir que en la baraja quedan cartas para obtener una buena mano , cambia de estrategia frente a su postura a la abstención y resistencia civil, Uribe ahora hace campaña para que la gente salga a votar, pero esta vez que diga NO, pues según él es una entrega completa del país a las FARC votar SÍ al plebiscito.
A estas alturas está claro que el ex presidente seguirá hasta el final con argumentos sacados de su imaginario, revaluados y carentes de verdad según lo acordado en la habana transcrito en 297 páginas que aseguran que Colombia no ira rumbo al castro chavismo tal y como lo afirma Álvaro Uribe en sus relatos a través de entrevistas, twitter y todos los escenarios donde interactúa con sus seguidores y no se cansa de repetir frases como: “paz, pero sin impunidad” entre otras…
Esta decisión que tomaremos como país, permitirá vivir un momento histórico, hoy hablamos que cerca de 10 mil hombres en armas quieren entrar al imperio de la ley, esto sin duda nos hace repensar en muchas cosas ,pues bien vale el esfuerzo y la generosidad de una sociedad que se encuentra hastiada de una guerra cruel donde el estado no ha podido doblegarlos o vencerlos militarmente, sin desconocer que a estos grupos, en este caso a las FARC les han acertado a golpes militares importantes pero finalmente no han logrado vencerlos.
Sin embargo, el ex presidente sigue generando en los desprevenidos pánico con alarmas desbordadas e insensatas que solo se sabría si son ciertas, si él fuera al futuro y regresara; y aun así creo habría que tener reparo en lo que diría porque ha sido capaz de negar tantas cosas, entre ellas que también en su gobierno ofreció curules y beneficios a los guerrilleros.
https://www.youtube.com/watch?v=TFHzjyoAL-A
https://www.youtube.com/watch?v=DigRR-XuT0Y
En ese sentido podríamos decir que el juego de Uribe va más allá de la paz o la guerra (con la cual se siente cómodo) es la supervivencia de su movimiento político del cual es el único líder y que tiene a su haber un montón de seguidores que dan por hecho todo lo que su máximo líder profesa, pero que también tienen intereses particulares y que no ejercen liderazgo político en sus regiones, sino que cada uno sirve de parlante roto que en la gran mayoría de la veces no saben repetir el mensaje del líder, mientras, el sí tiene claro que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” (Joseph Goebbels, jefe de propaganda Nazi).
Estos “líderes regionales” que no aportan votos, saben también que depende de lo bien que se porten o el número de veces que repitan el mensaje de su líder, así será el puesto en la futura lista cerrada del partido que le hace oposición al gobierno actual.
Para Uribe este momento no es más que una fría apuesta política de supervivencia; todo es estrategia. Uribe pretende segmentar o fraccionar el voto en Colombia bajo sus intereses políticos, sin embargo, estos no puede estar por encima del querer de un país de superar más de 50 años de guerra y dejar de lado el dolor y odio entre hermanos.