Una tacada social a tres bandas es la que comenzó a configurarse desde el Concejo: reciclar, alimentar y resocializar.
La primera, reciclaje, busca que desde la misma familia cartagenera se inicie el proceso de preselección de basuras, para mejorar la salubridad, el ambiente y la educación ambiental.
La segunda, alimentación, es la cantidad de alimentos que se entrega a cada familia a cambio del material reciclado. Es decir, un trueque de basura por comida.
La tercera, resocialización, es la articulación de la Administración Distrital con segmentos de población específicos, como pueden ser los jóvenes en riesgo, para que administren el programa y deriven un sustento.
“No se trata de un proyecto asistencialista sino autosuficiente, que inicia con el apoyo de la Alcaldía e involucra al tejido social”, señaló el concejal Ronald Fortich, quien hizo un esbozo de la iniciativa ante el Concejo.
Según el cabildante, el problema del hambre es una tragedia que se presenta a diario en miles de hogares cartageneros. Describe que a veces es un plato de arroz con un plátano la única ración de alimento en un día para una numerosa familia.
“Cartones, botellas, plástico son elementos que podría recolectar un miembro de la familia, y acercarse a una Tienda de Reciclaje y canjearlos por proteínas, carbohidratos o harinas, según las tablas de cambio que allí se tengan.
“Un programa bien organizado podría contribuir a que los barrios se mantengan limpios, con la positiva consecuencia para la salud y el ambiente; a que muchas familias encuentren una alternativa frente al hambre, y que grupos sociales como los jóvenes en riesgo encuentren una fuente de ingresos estable”, expresó Fortich Rodelo.
El concejal dijo que está en la etapa de estructuración integral de la propuesta, para presentarla al Concejo en las presentes sesiones ordinarias.