Generación de empleo, bienestar para los caballos, beneficio para el turismo y conservación de la fuente de empleo de muchas familias cartageneras, son algunos de los argumentos a favor del proyecto que busca la creación de pesebreras públicas en la ciudad.
Tales argumentos fueron expuestos por Yesid Yepes, presidente de la Asociación Cartagenera de Cocheros, Cesar Augusto Escobar, veterinario y Jorge Salgado, ambientalista. Ante la corporación y la audiencia, Yepes aseguró que la creación de estas pesebreras es una petición que se viene haciendo desde hace muchos años y que para que el oficio del cochero, que data de más de medio siglo, siga mejorando y asegurando el sustento a cerca de 126 familias, es necesario que se cumpla este proyecto.
Por su parte Escobar, como profesional, habló de algunos de los beneficios que traería la construcción de estas pesebreras, entre ellos, mayor salubridad que garantice el bienestar de los equinos y un mayor control de sus enfermedades, las cuales podrían afectar también a la comunidad. Además de ello, la generación de empleo que surja a partir del cuidado, mantenimiento y administración de las pesebreras.
Salgado, en su intervención, resaltó las posibilidades de sacar de esta problemática de las pesebreras y el oficio de los cocheros, una buena alternativa usando el estiércol de los caballos para la producción y utilización de abono, que incluso,según considera, las ganancias que genere esta iniciativa servirían para el mismo sustento de las pesebreras.
El concejal Dager, del partido liberal lamentó la ausencia de los ambientalistas y defensores de los animales en esta audiencia pública y sugirió que expusieran sus argumentos sobre el tema en particular y otros, haciendo presencia en el Concejo y no solo “escudándose en las redes sociales”.
Igualmente aprovecho el momento para referirse a acusaciones que se habían presentado en su contra y en la del también concejal Pión, debido al apoyo que han manifestado estos a la tradición turística de los caballos cocheros.
Recalcó que no tiene interés más allá de los beneficios que trae esta actividad turística para la ciudad, siempre que se utilicen caballos capacitados para realizarla, sumado a más compromiso por parte de los cocheros, que no han respetado la reglamentación establecida para ejercer este oficio en lo que tiene que ver con paquear en zonas prohibidas para captar clientes o la no utilización de recogedores de estiércol que sirvan como pañal al equino para minimizar la suciedad y malos olores que genera en las calles esta actividad.