Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).- Después de tantos hechos políticos, sociales, económicos y culturales acaecidos a final del año pasado y comienzos de este, me había mantenido en total silencio, tal vez abrumado por la cantidad de situaciones que a todas luces contrariaron mi sentir y pensar. Quienes escribimos al igual que los artistas y personajes públicos nos debemos a nuestro público, es por eso que seguiré escribiendo y preparándome para brindar lo mejor de mí en este espacio que diferentes medios virtuales han tenido a bien darme.
En esta ocasión quiero referirme a lo que a mi juicio se constituye como una gran pérdida de tiempo y recursos como es la revocatoria que un grupo de ciudadanos pretender llevar a cabo en contra del mandato de Manuel Vicente Duque. Debo recordar que no voté por él, pero tengo claro que al momento en que se posesionó como primer mandatario del distrito lo hizo en nombre de todos los Cartageneros y como persona respetuosa de las instituciones debo aportar desde los espacios que la sociedad brinda para que su administración sea exitosa, no tanto por el ni por quienes los rodean, sino por Cartagena, si primero Cartagena porque tengo claro que si a Manolo le va mal, a Cartagena le irá peor. No repitamos la historia reciente donde la ciudad en menos de dos años tuvo más de tres Alcaldes.
Es claro que esa interinidad e inestabilidad institucional lo que genera es malestar en la administración y trunca todo proceso de desarrollo que se quiera implementar. No hay que ir muy lejos como ciudades vecinas han venido experimentando un modelo de desarrollo que independientemente a la filiación política de sus mandatarios los resultados saltan a la vista, tal es el caso de Barranquilla y Montería, ciudades que históricamente son menores que Cartagena, pero que el día de hoy tienen mayores índices de desarrollo en infraestructura e inversión social.
Quiero desde este espacio, reiterar la invitación a que aportemos al desarrollo de Cartagena, el Alcalde debe ser el líder que haga confluir a todas las fuerzas vivas de la ciudad con el fin de aunar esfuerzos para que las obras que necesita la ciudad sean una gran realidad, de igual manera la puesta en marcha de políticas publicas que contribuyan al desarrollo humano, invertir en la gente, invertir en lo social, obviamente Manolo no va a acabar con todos los problemas de Cartagena pero por algo hay que empezar, solicitarle a los miembros del Concejo Distrital que usen su liderazgo para promover iniciativas que le traiga a la Heroica escenarios propios de desarrollo que sirvan para ir disminuyendo poco a poco la brecha existente entre ricos y pobres.
Nuestra ciudad lo tiene todo para ser potencia mundial en turismo, pero para recibir visitas hay que organizar la casa, que los habitantes de la misma se sientan a gusto y puedan siempre tener su mejor sonrisa para los foráneos.
Quiero dejar claro que no apoyaré revocatoria alguna, más bien invito a esos líderes con capacidades demostradas que empleemos esos esfuerzos y recursos para que entre todos le brindemos lo mejor a nuestra ciudad y por fin vivir en la Cartagena que todos soñamos.
Adenda. El Festival del Frito Cartagenero dejó muchas lecturas y enseñanzas, el lugar quedó pequeño para la afluencia de público y que bueno sería construir un gran coliseo gastronómico que sirva como atractivo turístico y de paso formalizar a todas esas familias que viven de la venta de los fritos.