Cartagena y su cultura ciudadana – Opinión de Nacira Ayos Figueroa

Por Nacira Ayos Figueroa (Especial para Revista Zetta).- Es muy fácil para la gente echarle la culpa de todo a los dirigentes y administradores del erario público frente a todas esas actuaciones que afean al Corralito de Piedra, como son, las calles llenas de basura, los amigos de lo ajeno, el no uso de las vías de acceso peatonal, la invasión por parte de vehículos en zonas de la playa donde está prohibido, etc; un claro ejemplo de esto último, es la manera como se achaca al alcalde de turno, al tacharlo de “negligente”, por el hecho de no controlar este tipo de situaciones…. Infortunadamente, esto es un hecho que pulula en las playas, así como en las calles y barrios de la ciudad, y que tristemente no es un hecho nuevo; éste ha sido un comportamiento histórico y que hace parte de la idiosincrasia cartagenera.

Frente a lo anterior lo que debe hacerse, es establecer estrategias de intervención que minimicen este tipo de actuaciones y generar un verdadero sentido de identidad y pertenencia por la ciudad, comenzando en las escuelas, pues el deber ser es que se empiece desde el seno del hogar, pero hoy es muy poco lo que se puede hacer con una generación viciada y acostumbrada a echarle la culpa a los demás, acá es imprescindible pensar en las nuevas generaciones fomentando desde el aula en los primeros años de formación el amor y sentido de pertenencia por la ciudad, el respeto a las normas establecidas, la apropiación y cuidado del patrimonio material e inmaterial; siendo la escuela el escenario que genera formación en el individuo, la cual no solo está dada en la apropiación de conocimiento, sino también por una formación integral que permita al educando ser útil al desarrollo sostenible de su entorno. Se deben entonces generar estrategias pedagógicas y contenidos en educación en identidad y convivencia, esto de la mano con las políticas y estrategias de la administración para la construcción de una cultura ciudadana de paz, que legitime y genere compromisos en la ciudadanía para la transformación social y cultural local, regional y nacional, trascendiendo el alcance y la responsabilidad del gobierno.