Por Fernando Nicolás Araújo (Especial para Revista Zetta).- «Destacamos la importancia que tendría para el país la conformación de un gobierno de transición», dijo el máximo comandante de las Farc, Timochenko.
Desde ese momento nos hemos preguntado, ¿cuáles serían las características de ese gobierno de transición? Aquí mis hipótesis.
Un gobierno de transición será aquel que mantenga el camino pavimentado para que las Farc se tomen el poder, en el 2022 o a más tardar en el 2026.
Será un gobierno con poca inversión, de industria débil y un agro que se sostenga solo con subsidios, pero que ahuyente a los inversionistas, con cada vez mayor dependencia en el petróleo y el precio de materias primas.
Se endeudará al país para sostener un Estado burocratizado al extremo, que va a intentar conservar subsidios ineficientes para comprar conciencias y repartir mermelada.
Ese gobierno confundirá a la comunidad internacional con falsas ilusiones, mentiras sobre la realidad nacional, y uno que otro contrato para comprar la legitimidad que no tendrá al interior del país.
Utilizará la inteligencia estatal para ganar las elecciones, engañar a la ciudadanía y conservar el poder hasta entregarlo al nuevo régimen.
Durante la transición el gobierno será permisivo con el narcotráfico y los delincuentes, pero utilizara todos los medios para perseguir a la oposición. Será un gobierno que corrompa a todos los miembros del establecimiento: medios, Congreso y Cortes, para poco a poco introducir los cambios constitucionales que permitan la eventual llegada del Castro Chavismo.
En ese período de transición intentarán introducir la ideología de género en la educación de nuestros niños, para ir destruyendo la familia, institución base de la sociedad.
¡Caramba! El gobierno de transición ya empezó, es el de Santos.
En síntesis, el tal gobierno de transición no existe, sería la continuación del gobierno actual, que es la transición de la democracia a la dictadura.
Marzo 1 del 2017.