Por John Zamora (Director Revista Zetta).- El próximo sábado se reanuda la audiencia donde la Fiscalía ha solicitado medida de aseguramiento intramural para el alcalde Manolo Duque, su primo hermano José Julián Vásquez, la contralora Nubia Fontalvo y el concejal Jorge Useche.
En el campo político, se detonó dinamita de alto poder contra lo que representa Manolo, y se desmontó el proyecto político de Primero la Gente. Se desató un juicio político donde la mayoría del jurado (medios-redes) opta por condenarlo. Se creó la atmósfera propicia para la renuncia tanto del alcalde como de los concejales salpicados por el escándalo.
En el campo penal, se han escuchado audios donde el ente acusador pretendió demostrar la comisión de los delitos que se les imputan. Pruebas distintas tales como cheques, fotografías, videos o documentos firmados, no aparecen, aunque sí denuncias y testimonios.
¿Qué escuchamos? Conversaciones indecorosas, inapropiadas e inaceptables de la forma como se manejó la elección de la contralora Nubia Fontalvo. El fiscal Néstor H. Martínez fue enfático al solicitar que la audiencia fuese pública, lo que le permitió saber a la ciudadanía de qué tamaño era situación.
¿A quiénes escuchamos? La principal fuente de escuchas fue el celular quien ahora es personaje de whatsapp y motivo de burlas: “Jorge Useche se ha unido al grupo”. Las conversaciones del concejal con otros similares son tan comprometedoras que podrían dar lugar a otros procesos penales: elección del personero William Matson; absolución en segunda instancia de la Procuraduría; conducta de uno que otro magistrado en el Tribunal Administrativo de Bolívar, entre otras.
También escuchamos a la contralora Fontalvo y al abogado Vásquez. En todos los audios se evidencia una trama política, de la más rancia alcurnia acorde con la práctica nacional a todo nivel: así es como en Colombia se negocian ministerios, embajadas, institutos, magistraturas, procesos como el de Samper-8.000, articulitos de reelección presidencial, negación de resultados de plebiscitos y demás botones de la muestra.
¿Alguien escuchó a Manolo? No se sabe si por falta de tiempo o porque no existen, no se han escuchado audios del alcalde. No hay un audio que muestre que compró un concejal o una contralora, o que entregó “libros” para elevar la ilustración de los concejales. De cuatro personas privadas de la libertad, hay audios comprometedores de tres.
Vean lo que publica El Heraldo: “La fiscal durante la exposición de motivos para pedir la medida intramuros contra los acusados, se ratificó en el hecho que el Alcalde de Cartagena sí es directamente responsable de los delitos que se le imputan pese, a no aparecer en ninguna de las grabaciones que se expusieron durante los días que antecedieron a la asignación de la medida. Según la Fiscalía el mandatario conocía de todos los movimientos que hacía su primo hermano José Julián, al punto que puestos de la Administración para los que se buscaban candidatos se los ofrecía JJ a los potenciales candidatos a petición del Alcalde”.
En un acto de fe en lo que no se ve ni se oye, habría que creerle a la Fiscalía. Pero como se trata de un proceso penal, hay que probar. ¿Basta la suposición de la fiscal del caso para que el juez acoja el argumento, o le faltará a la Fiscalía algo mejor que sirva como prueba?
No se ve una prueba robusta contra Manolo, que justifique el operativo de captura y los varios días de reclusión en el búnker de la Fiscalía en Crespo. Con lo visto, su presunción de inocencia está indemne.
Habrá que ver qué dice la defensa y que contra-argumentos presenta la Fiscalía.
En cuanto a José Julián Vásquez, hay un señalamiento que llama la atención. El fiscal Martínez lo ha señalado como “alcalde en la sombra”, es decir, la persona que ejercía poder a tal punto de imputarle el cargo de “usurpación de funciones públicas”.
Usurpar es “arrogarse la dignidad, empleo u oficio de otro, usarlos como su fueran propios” y el delito en el artículo 161 del CP tipifica a “El particular que sin autorización legal ejerza funciones públicas”. Será interesante ver la postura de la defensa y de la Fiscalía, porque no es un delito de común debate en los estrados judiciales.
Esa discusión es importante porque de ella depende en buena parte el desenlace del juicio político a Manolo: si José Julián es un usurpador o no, si es un alcalde en la sombra o no.
En otras palabras, lo que la gente espera dilucidar es si Manolo, más que hermano, era socio de JJ, o era su jefe, o era su empleado, o qué era. Porque de pronto la Fiscalía lo puede estar acusando de una conducta que no está en el Código Penal: ingenuidad política.
Sea cual sea el desenlace, tanto para los cuatro encartados como para la ciudad, el daño está hecho.