Archie Bradley, un ex abridor mediocre y peor bateador, convertido en un relevista super efectivo de los Diamondbacks de Arizona, no pudo encontrar mejor momento para conectar el primer extrabases de su carrera y convertirse en figura decisiva del juego de comodines de la Liga Nacional, que su equipo le ganó a los Rockies de Colorado con pizarra final de 11-8.
Luego de que los Rockies lograran pegarse en la pizarra 6-5 después de llegar a estar debajo 6-0, Bradley disparó un triple con dos hombres a bordo en el final del séptimo para volver a despegar el marcador 8-5.
El lanzador, que con el madero en su carrera tenía seis sencillos en 61 turnos (.098), llevó lejos la pelota por el jardín central, inalcanzable para el patrullero Charlie Blackmon, y llegó a tercera con el alma, casi cayéndose.
«Este es el tipo de situación con la que uno siempre ha soñado desde niño. Yo sé que nunca batearé un jonrón, pero este ha sido el momento más importante de mi carrera», dijo el barbudo pelirrojo después del partido.
Pero el acto heroico estuvo a punto de esfumarse en un abrir y cerrar de ojos, luego de que en la entrada siguiente, posiblemente por el esfuerzo de su carrera de home a tercera, permitiera jonrones consecutivos de Nolan Arenado y Trevor Story, que volvieron a poner el juego chiquito, 8-7.
Finalmente consiguió sacar los tres outs del episodio, aunque dejó la potencial carrera del empate en la intermedia.
Por suerte para él, sus compañeros fabricaron tres en la baja del octavo y el cerrador dominicano Fernando Rodney, no sin susto, consiguió el rescate que concluyó con su habitual lanzamiento de una flecha imaginaria al cielo.
El triple de Bradley fue el tercero de los cuatro de su equipo, pues el dominicano Ketel Marte sonó dos de ellos y A.J. Pollock el cuarto.
Marte igualó a su compatriota Mariano Duncan, quien también bateó dos batazos de tres esquinas en un juego de postemporada en 1993 con los Filis de Filadelfia.