El domingo no hay mañana para Yankees y Red Sox

Al borde del precipicio están las dos novenas del Este de la Liga Americana, pues solo un triunfo este domingo les permitiría permanecer en la lucha o de lo contrario quedarán eliminados de la postemporada en la MLB, con barrida incluida.

Yankees y Red Sox perdieron sus dos primeros encuentros ante rivales poderosos e implacables: Los «emparamados» ante los imbatibles Indios de Cleveland, y los «petirrojos» ante los contundentes Astros de Houston.

Este domingo tienen el aliciente de jugar como locales: en Yankee stadium y en Fenwey Park.

Indios remontan y en 13 derrota a Yankees para tomar ventaja de 2-0

El brasileño Yan Gomes pegó un sencillo para impulsar la carrera de Austin Jackson desde la segunda base sin outs en el 13er inning para que los Indios de Cleveland remontaran de una desventaja de cinco carreras para derrotar el viernes 9-8 a los Yankees de Nueva York y tomar una ventaja de 2-0 en su duelo divisional por la Liga Americana.

Jackson negoció un pasaporte al inicio de la 13ra a Dellin Betances y se robó la segunda. Gomes extendió su turno al bate a la cuenta máxima antes de conectar su batazo justo dentro de la almohadilla de la tercera base, mandando fácilmente a Jackson al plato. Los Indios salieron del dugout para recibir a Gomes, que puso fin a un emocionante choque de cinco horas y ocho minutos.

Los Indios se recuperaron de un déficit de 8-3, un terrible inicio de su as Corey Kluber y una lesión potencialmente grave del dominicano Edwin Encarnación. Francisco Lindor pegó un grand slam en la sexta entrada para iniciar la remontada de Cleveland, justo después de una polémica decisión del umpire de un pelotazo a un bateador que los Yankees no desafiaron.

Nueva York tuvo sus oportunidades cerca del final, pero dejaron corredor en la tercera base en las entradas novena y 10ma –y el corredor emergente venezolano Ronald Torreyes fue sorprendido en segunda en el 11mo inning por Gomes con un tiro desde el plato.

Cleveland tratará de barrer la serie en el tercer duelo el domingo en el Yankee Stadium.

 

Astros le repitió la dosis a Red Sox: 8 – 2

Aunque los Astros partieron como favoritos, el dominio sobre sus rivales ha sido absoluto, para colocar el compromiso al borde de la barrida.

Si el primer día el venezolano José Altuve fue el verdugo de Chris Sale y compañía, en el segundo juego le tocó al puertorriqueño Carlos Correa el papel de enterrador.

Su jonrón de dos carreras en el mismo primer episodio ante el zurdo Drew Pomeranz dictó temprano el paso del encuentro, que terminó con pizarra de 8-2.

En el sexto, con dos corredores en circulación, limpió las bases con un doblete ante el relevista Addison Reed, para terminar el encuentro con cuatro remolcadas.

Lo de Altuve es punto y aparte. Lleva cinco hits en siete turnos, con tres cuadrangulares, cuatro empujadas y cinco anotadas, un verdadero abuso al pitcheo rival.

John Farrell dirigió con desesperación y no con sabiduría. Debilitó su ofensiva al sentar al jovencito dominicano Rafael Devers ante el zurdo Dallas Keuchel y envió al cubanoamericano Deven Marrero a custodiar la antesala por ser un bateador derecho.

¿Y? Devers, a pesar de su condición de zurdo, ha demostrado ser capaz de batearle a quien sea, incluso bajo presión. Y si no, pregúntenle a Aroldis Chapman, contra quien el quisqueyano conectó un vuelacercas sobre un envío de 103 millas por hora.

La teoría de colocar bateadores de la mano distinta al lanzador es de las más discutibles del béisbol y aunque la postemporada es un animal distinto de domar, uno debe morirse con el hombre que te ayudó a llegar a este punto, sobre todo, si su reemplazo ni se le acerca en capacidad.

Los Medias Rojas están con el agua al cuello, pero no muertos y ahora tratarán de recuperarse en sus predios del Fenway Park.