Alcalde Sergio Londoño hace gestiones para que Gobierno Nacional sea ágil con este trámite.
Con la radicación de solicitud de la licencia ambiental ante la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), el proyecto de protección costera avanza en su cronograma de ejecución.
Aunque este trámite tiene un tiempo regular de un mes, el alcalde Sergio Londoño hace gestiones con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, para que la dependencia encargada de autorizarla dure pocos días en su aprobación.
El proyecto, radicado el 12 de octubre pasado, contempla la actualización de estudios y diseños realizados por la Universidad de Cartagena y las recomendaciones de los expertos en morfología costera de las universidades de la Florida (Estados Unidos) y de Delft (Holanda), quienes asesoraron esta propuesta, gracias a la gestión de la Agencia Presidencial de Cooperación.
La licencia ambiental es un requisito previo para la solicitud del trámite de concesión ante la Dimar, una especie de permiso para hacer los trabajos en la franja marítima del área de influencia del proyecto de protección costera.
Agotados estos dos trámites, el Gobierno Distrital procederá a abrir la licitación para contratar la obra en diciembre de este año, según lo previsto en el cronograma. El tiempo de construcción de todo el proyecto es de 24 meses, a partir de su adjudicación.
Tiene un costo, aproximado, de $160 mil millones, de los cuales la Nación aporta $100 mil millones y el Distrito, $60 mil millones.
Debido a lo estricto del presupuesto, y para que los recursos asignados alcancen, el gobierno distrital prepara un proyecto de acuerdo y un proyecto de ordenanza para presentar ante el Concejo Distrital y a la Asamblea Departamental, respectivamente, para que esta obra sea exonerada del pago de impuesto, con lo que se librarían $12 mil millones, aproximadamente.
El proyecto de protección costera va desde el espolón Iribarri hasta el túnel de Crespo, unos 7.2 kilómetros con el que se busca mitigar la erosión costera y el ingreso de agua por el aumento del mar en Marbella, Centro Histórico, Bocagrande y El Laguito.
Prevé la construcción de seis espolones en Bocagrande, tres rompeolas frente al Centro Histórico, la reestructuración de los dos existentes en el sector de Las Tenazas y la construcción de cuatro espolones y una escollera paralela al borde costero, entre El Cabrero y Marbella.
Busca contener los efectos del ascenso del nivel del mar, recuperar 80 metros lineales de franja de playa en Bocagrande y 50 metros de playa en Marbella y mejorar la movilidad en la Avenida Santander y Bocagrande.