Por Arquitecto William Eduardo de la Hoz Córdoba (Especial para Revista Zetta).- En los últimos años, la fiebre urbanizadora en la ciudad de Cartagena, ha avanzado a grandes pasos con unas estadísticas de construcciones ilegales que ni el mismo ente de control tiene estadísticas ciertas de ello.
Los piratas de la construcción aparecieron con la complicidad del estamento público, de las notarías, oficinas de registro y de la necesidad y falta de ética de algunos profesionales, entre otros, y se engendró esa burbuja inmobiliaria mafiosa, que un 27 de abril de este año “exploto”, con la tragedia más grande que se halla registrado en la historia de la construcción en Cartagena con un saldo de 21 muertos, por la caída del edificio Portales de Blas de lezo II, tan solo equiparada con las verdaderas explosiones de Abocol en 1.977 con 22 personas muertas y la del antiguo mercado público de Cartagena, también con las 50 víctimas mortales en el año 1965.
Hoy al parecer las medidas tomadas por la Alcaldía de Cartagena en la calentura de los hechos, inicialmente “mojo” prensa a tal punto que todos los días hablaban de un nuevo sellamiento de una u otra “construccioncita”, pero al parecer esta actitud se ha ido diluyendo; y ante el no saber qué hacer con esta situación , se ha creado un estado de aparente calma en la actividad edificadora ilegal, aparente porque ya algunas que habían sido selladas empiezan a moverse poco a poco con autorización o sin autorización.
La pregunta es ¿Realmente que van hacer con el inventario de obras fraudulentas que se han construido en la ciudad?, aplicar la ley o hacerle excepciones a la ley para superar la crisis y darle cabida a todo eso que está hecho en forma “clandestina” cometiendo los abusos urbanísticos que se les dio la gana, en donde como siempre terminan perjudicados los incautos ciudadanos que invirtieron en esos proyectos, como también el ciudadano de a pie, mientras tanto los piratas, los prevaricados, funcionarios públicos, notarios etc. Con los faltriqueras henchidas.
También es de destacar el caos que se está viviendo hoy en los barrios más afectados por este fenómeno, y que han desembocado en el desorden a nivel de circulación vehicular a consecuencia de edificaciones sin parqueaderos, el abuso del espacio público por quienes se toman el espacio del peatón, destruyen zonas verdes, conflicto entre vecinos, abuso contra el medio ambiente, inseguridad, deficiencia en los servicios públicos, etc. Todo por cuenta de esta horda de piratas que aún pulula por los barrios emergentes de la ciudad de Cartagena dando al traste con la ciudad tranquila que añoramos de antaño.
Haciendo un poco de historia de desaciertos y falta de control en construcciones públicas y privadas que han puesto en riesgo la vida de personas en la ciudad de Cartagena podemos recordar, el desplome de un tramo del puente Heredia en el año 1.995, la torsión que sufrió la estructura de acero del edificio la escollera que sería el más alto de la ciudad, en el año 2.007, la cual fue desmontada, La fragmentación y pérdida en el mar de 2 kilómetros de la tubería de 2.6 mts de diámetro del emisario submarino en el año 2.10.entre tantas.
La administración publica deberá ser mucho más consistentes y diseñar políticas de planeación y control preventivo y eficaces, y velar por la idoneidad de sus funcionarios y dotarlos del recurso para enfrentar este gran desafío , el cual es darle orden a una urbe desordenada y sin control, de lo contrario todos los días aparecerán casos nuevos como el ultimo de las torres de 30 pisos que se construyen en el área de influencia del castillo san Felipe, en donde ahora todos se tiran la “pelotica” y nadie es responsable, dando muestra una vez más en el desorden de planeación y control que se encuentra la ciudad.
24 de Octubre del 2017
Williamdelahoz2@hotmail.com