Luego de la culminación de las labores de restauración e infraestructura a las que fue sometido el monumento de Los Pegasos, tras una inversión de $395 millones por parte de la Gobernación de Bolívar, se oficializó este martes el retorno de los emblemáticos caballos alados al muelle contiguo al centro de convenciones Julio César Turbay Ayala, frente a la bahía Las Ánimas, en el Centro Histórico de Cartagena.
En una ceremonia encabezada por el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, en compañía del alcalde (e), Sergio Londoño Zurek; Luz Estela Lombana, esposa del maestro Héctor Lombana; además de otras autoridades locales y diversos invitados, el mandatario departamental destacó la importancia de la recuperación de uno de los símbolos más representativos de la cultura cartagenera y bolivarense.
“Hoy podemos decir que Los Pegasos, elementos icónicos de nuestra cultura bolivarense, han volado y se posaron nuevamente en el lugar en donde siempre deben estar: en el Centro Histórico de Cartagena. Procuramos que siempre se respetara el legado del maestro Héctor Lombana, y por eso el escogido fue el escultor Óscar Noriega, quien tuvo el privilegio de aprenderle trabajando a su lado. Por eso, sin duda, es un día en el que estamos muy felices. Hemos recuperado algo que hace parte del ADN de los cartageneros y por eso tenemos razones para celebrar”, dijo Turbay.
Luz Estela Lombana, en medio de su intervención, agradeció la restauración hecha por la Gobernación de Bolívar, a través del maestro Óscar Noriega, y destacó la “idoneidad para preservar el legado artístico” en memoria de su esposo.
Por su parte, Sergio Londoño Zurek, alcalde (e) de Cartagena, agradeció “en nombre de todos los cartageneros, turistas y visitantes” por la restauración de Los Pegasos y destacó “el trabajo unificado entre las partes” para trabajar por el bienestar de Cartagena.
Turbay Paz recordó que, tras el llamado de alerta emitido en su momento por el ingeniero estructuralista, Jorge Rocha, quien advirtió sobre el riesgo de colapso por el mal estado en que se encontraban de Los Pegasos, la Gobernación de Bolívar decidió asumir inmediatamente su recuperación de la mano del maestro Óscar Noriega, alumno aventajado del insigne escultor Héctor Lombana, artífice de este monumento.
El maestro Noriega, quien en su taller ubicado en municipio de Arjona se encargó cuidadosamente de los trabajos de restauración de Los Pegasos, se refirió a la labor realizada para que este monumento pudiera retornar a su lugar.
Inicialmente, tras una inspección por parte de la Secretaría de Infraestructura de la Gobernación de Bolívar, se determinó que no solo el pedestal de Los Pegasos se encontraba en muy mal estado, sino que también estos caballos alados estaban en igual condición, debido a que el acero interior de los mismos evidenciaba avanzada oxidación.
Fue así como se dispuso desde entonces, además del trabajo artístico relacionado con la restauración de Los Pegasos y la conservación de cada parámetro plasmado por el maestro Héctor Lombana, una detallada obra civil que incluyó un pedestal completamente nuevo.
De acuerdo con Óscar Noriega, fue necesario cambiar por completo el acero interno de Los Pegasos que se encontraba completamente oxidado por material nuevo y que fue reforzado con pintura epóxica, con el fin de garantizar su conservación.
“Fue un trabajo dispendioso, pegaso por pegaso, para garantizar que todo quedara bien, respetando los cánones del maestro Lombana”, dijo Noriega.
Adicionalmente, en la parte estructural, fue cambiado el sistema de acople. Mientras que anteriormente se empleaban unas varillas en las patas de Los Pegasos, las cuales debían soldarse al pedestal y se hacía más dispendiosa cualquier labor de restauración, gracias a los trabajos de la Gobernación de Bolívar fueron ancladas unas platinas con pernos (una en el pedestal y otra por caballo), acopladas una sobre la otra y con tuercas atornilladas.
En las obras de recuperación de Los Pegasos fueron utilizados cerca de 350 kilos de resina de carbono y polvos minerales, además de 150 kilos de acero. A los tradicionales caballos alados también les fueron capas de platina.
Historia de Los Pegasos
El muelle de Los Pegasos, cuya fisonomía se asemeja a la de las míticas criaturas de la tradición griega que compartían espacio con los dioses del Olimpo, hace parte de un legado que ha trascendido en los nacidos en la capital de Bolívar y que merece ser preservado.
El céntrico monumento, más allá de la tradición helena, aterrizado en la historia de Cartagena para muchos representa la resistencia al sitio del pacificador español, Pablo Morillo, del cual la siempre heroica Cartagena de Indias logró sobreponerse y seguir adelante.
Los archivos de la historia de Cartagena referencian que, en los años 20 del siglo pasado, el entonces Concejo Municipal resolvió remodelar el antiquísimo muelle construido en 1791, y que a partir de 1900 se convirtió en el punto en el cual atracaban los barcos de cabotaje.
El muelle fue intervenido y reforzado, se llevó a cabo la construcción de barandillas y, a finales de la década de los 50, fueron ubicados los caballos de protuberantes alas, obra del artista cartagenero Miguel Caballero Leclerc, pero que se deterioraron con el paso de los años. Fue entonces, en 1992, cuando el escultor Héctor Lombana, donó a la ciudad su trabajo para preservar tan representativas figuras.
Aunque muchos historiadores no coinciden en atribuirle una sola representación al monumento del Muelle de Los Pegasos, en lo que sí están de acuerdo es en que su relación con el pasado y presente de Cartagena es innegable.
Cabe resaltar que Héctor Lombana Piñeres fue un escultor colombiano, uno de los más prolíficos, y sus obras y sus obras se encuentran en muchas ciudades del mundo, con monumentos de gran formato. Murió en Santa Marta (Magdalena), el 19 de octubre de 2008.