Al ver el trato que el presidente Santos da al Caribe y la pobre representación ministerial, apenas dos carteras para Barranquilla, con mayor nostalgia recuerdo al gran David Sánchez Juliao, de cuya obra se extrajo el famoso adagio “cachaco, palomo y gato, tres seres ingratos”.
Y, ah ingrato, que viene resultando Santos para el Caribe.
Con mucha ilusión, más de un millón de votos aprobaron en marzo de 2010 el Voto Caribe, para constituir una Región y darle plataforma a la llamada LOOT (Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial). Con semejante mandato, todo quedó hecho añicos bajo el gobierno Santos I. La iniciativa legislativa naufragó y la región se vio frustrada.
Lo más doloroso no es eso, pues se sabía que el centralismo radical, de quien Santos es adalid, iba a frenar ese canto de autonomía. Lo que más duele es que quienes impulsaron esa gesta luego se inclinaron ante la mermelada oficialista y pasaron de agache para proclamar a Santos como el gran prócer que necesitaba la región. Por esas y otras razones, el Caribe terminó de idiota útil dándole la reelección presidencial al bogotano, cuya fórmula vicepresidencial era -¿adivinen?- también bogotano.
El debate entre el centralismo y el federalismo dominó el nacimiento de nuestra Patria, de modo que es una discusión vieja, pero no por eso menos válida. La Constitución del 91 intentó crear los instrumentos, como las Regiones y las Provincias, pero ello ha resultado tan imposible como la revocatoria del mandato a los malos gobernantes como Gustavo Petro.
Mientras estrenamos esos artículos de la Constitución, en la Región continuamos esperando que no nos consideren los votantes útiles, y también esperamos que nuestros dirigentes se amarren los pantalones y dejen de balbucear cada vez que Santos tartamudea.
Entre tanto, el Gobierno aplaza y aplaza las verdaderas soluciones para que la Región entre en terrenos de prosperidad, y por eso nos encontramos con los peores índices de educación y nutrición, o con la sed de la Guajira, o con el despojo a San Andrés, o con inversiones que nadie necesita ni ha pedido como el famoso túnel de Crespo.
A la vez, la Región necesita cohesionarse más y mostrar el inmenso talento que tiene para la administración pública, pues en otros talentos nadie nos gana y ejemplos sobran con Carlos Vives, Shakira, Falcao, Sofía Vergara… Pero dudo mucho que en la región no se encuentren sino dos mujeres (Cecilia Álvarez y Natalia Abello) para ocupar curules ministeriales. (Premio de consolación: Tatyana Orozco en DPS y Yaneth Giha en el menoscabado Colciencias)
Santos sabe que las críticas pasarán pronto y se saldrá con la suya. El discurso de la paz –necesaria- primará por encima del desarrollo regional, y así nos tendrá embolatados, dándonos el trato que no nos merecemos: de segunda. Con el Caribe gana él, con Santos pierde la región.