Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).- Esta expresión dio para inspirar una canción que magistralmente grabara Álvaro José Arroyo, el canto se refiere a un hombre caminando por las calles del corralito de piedra y cruzó su mirada con una mujer, de caderas anchas, piernas torneadas, ojos café y frondoso cabello digna ejemplar de la belleza del caribe, quien al verlo le guiñó el ojo, retándolo a conquistarla, un cochero que va pasando y es testigo de excepción de la situación le dice al hombre ¡Uh Lalá Cartagena! En el soneo de la Canción el Joe menciona la grandeza de la ciudad realizando así un emotivo homenaje a la heroica Cartagena.
Por estas calles donde a simple vista se puede palpar la pobreza galopante, la desigualdad social, la perdida de la confianza de la gente en las instituciones democráticas y gubernamentales, la percepción de inseguridad, el caos vehicular, la falta que hace la construcción del plan maestro de drenajes pluviales, los efectos del calentamiento global y el cambio climático, Cartagena sigue siendo mágica, heroica y fantástica.
La situación político administrativa mantiene un gran desgaste, escándalo tras escándalo, el ciudadano de a pie manifiesta en su círculo cercano su desconfianza y decepción por la actuación de los líderes de la ciudad, esos mismos a quienes les recibió dádivas para poder votar y que en estos tiempos víspera de tres campañas políticas se están frotando las manos para ir a recibir migajas.
Se vienen elecciones trascendentales, las atípicas para elegir al Alcalde o Alcaldesa, que ojalá resulte elegido quien tenga una visión clara de la ciudad y deje cimentado un proceso de recuperación de la confianza entre gobierno y gobernados, que sea alguien capaz de lidiar la infame clase política que ha estado enquistada en el poder en nombre propio y cuerpo ajeno y no se arrodille ante esta, que entienda que los recursos públicos se respetan, que gestione ante las instancias nacionales y consiga la financiación para la construcción de las obras de infraestructura que urgentemente requiere la ciudad.
De igual manera se elegirán y se reelegirán a los congresistas de la ciudad y el departamento, quienes tendrán el honor de representarnos en el Senado y la Cámara de Representantes, ojalá sean elegidos quienes en realidad vayan a trabajar por nosotros en el capitolio, ya está bueno de senadores y representantes mudos y/o bufones, se necesitan combativos, efectivos, verdaderos intermediarios entre la ciudadanía y el gobierno nacional.
Caminaba por Cartagena en una de estas tardes veraniegas de enero y pasando por el muelle de la bodeguita pude sentir que mi ciudad, tu ciudad, nuestra ciudad sigue siendo hermosa, elegante e imponente y que a cada uno de nosotros nos guiña el ojo para que la enamoremos, la conquistemos, la cuidemos y ayudemos a solucionar todos sus problemas, mi corazón se aceleró un poco, pensé sería el sobrepeso, pero no, en mi mente solo estaba la voz del Joe Arroyo diciendo ¡Uh Lalá Cartagena!