El Juli se mostró dominador con el capote frente al primero, de Ernesto Gutiérrez, con el que se fue a los medios a la verónica. Después llegó un quite con premura pero con variedad. La faena de muleta se desarrolló en los medios, exigiendo al toro que humilló tanto que hasta en dos ocasiones clavó los pitones en la arena. El argumento de Julián fue en adelante apretar poco pero sometiendo al aire del toro, que cumplió y dejó al torero improvisar toda serie de suertes. Menos estructura quizás que en otras ocasiones, pero con la misma capacidad. Estocada entera que valió la oreja.
Bueno el quite de Luis Bolívar al segundo de la tarde, reposado y con la seriedad con la que salió desde el paseíllo. Saludaron Ricardo Santana y Emerson Pineda. Bolívar sin vacilación, metido en la faena y atemperando la embestida irregular del de Ernesto Gutiérrez que se revolvía y acusaba peligro en cada muletazo. Lo que no tenía mucho calado en el público se volvió unanimidad tras una serie al natural profunda y templada. El toro se quedó sin fondo cuando Bolívar quería seguir de largo. Estoconazo y oreja.
Poderoso el quite por chicuelinas de Juli al tercero, rematado con exquisita media verónica. El de Mondoñedo pasaba con la cara alta al final de cada muletazo y dificultó la lidia en la primera parte de la faena. Pero llegó la mano prodigiosa de El Juli a dictar la consabida cátedra de mando que hizo romper abajo al de Mondoñedo en series de hasta cinco derechazos. Duró poco, pero cuando se rajó alcanzó a ligar las series aunque más cortas. La renuncia fue del toro no del torero. Se escapó el triunfo en dos pinchazos, estocada y dos descabellos.
Buen quite por chicuelinas de Bolívar al cuarto, ajustado y con aplomo. Saludan Carlos Garrido y Hernando Franco. Brinda a El Juli. Contenido en emociones pero desbordado en firmeza. Al de Mondoñedo le faltó clase y transmisión y en algunas series fue más vistoso el toque que el muletazo. Pero aquellas en las que pudo hacer el toreo más compacto porque el toro ayudó, puso la muleta adelante y corrió la mano con mucha calidad y terminó imponiendo las condiciones el torero. Pinchazo, estocada entera, y un fallo con el descabello antes del aviso.
Capítulo histórico el protagonizado por El Juli frente al quinto de la tarde, Lancero nº 833, de 485 kg. y con el hierro de Juan Bernardo Caicedo, al que le perdonó la vida. El toro peleó en varas y tumbó al caballo de William Torres, que fue llevado a la enfermería. Quitó por lopecinas que volvieron la plaza un hervidero. La faena rompió en la primera serie, entregados toro y torero. Pleno el Juli, bordando el toreo al natural. Con la derecha barriendo la arena y cuidando el temple para redondear el faenón. El toro no paró de embestir y al final de tanto bien torear fue por el torero. Muy fuerte la voltereta, salió herido, pero se incorporó para unos muletazos más. ¿Faltaba algo? Sí, lo épico; el desmayo; la declaración: con su permiso, el triunfador de la feria soy yo; y el indulto empujado por el público que casi de manera unánime lo pidió. Ayudó la barahúnda en que se había convertido el ruedo y los tendidos por la cogida de Julián. Indulto y dos orejas simbólicas para el torero.
El de Caicedo lidiado por Bolívar en sexto lugar tuvo tranco en el primer tercio y tumbó al caballo de Rafael Torres. Saludó Gustavo García por brillante tercio de banderillas que recordó sus mejores tiempos a las órdenes de Rincón y del mismo Bolívar en sus triunfales campañas. En la muleta, el toro no tuvo clase ni fondo, y de la faena solo se cuenta el pundonor del torero y el tiempo transcurrido hasta la estocada. Pidió permiso para regalar el sobrero.
En el de regalo, de Mondoñedo, el quite por chicuelinas fue muy jaleado y de planta firme. Buen presagio. Uno de los pares de la tarde lo puso Ricardo Santana. La faena de Bolívar no fue tan limpia porque el toro fue bronco por momentos, pero nuevamente dejó clara la seriedad con la que vino a asumir este mano a mano poniéndose por encima de las condiciones del toro. Lo toreó con temple y ligazón. Lo puso todo Luis esta tarde y la oreja que cortó fue de mucho peso y pedida también de manera unánime por la plaza como justo gesto de reconocimiento a la gesta de Bolívar.
Bogotá (Colombia). Domingo, 18 de febrero de 2018. Toros de distintas ganaderías. Ernesto Gutiérrez, Mondoñedo y Juan Bernardo Caicedo (el 5º fue indultado). Mano a mano. El Juli, oreja, silencio y dos orejas simbólicas; Luis Bolívar, oreja, silencio, silencio y oreja. Entrada: Casi lleno.
(Tomado de www.aplausos.es / Por Paulo Andrés Sánchez Gil / Fotos de FARLEY BETANCOURT)
Tras ser operado en la enfermería de la plaza de toros, los doctores Efraín Leal, Diego Marquez y Rodrigo Rojas, emitieron el siguiente parte médico sobre el estado de El Juli: ‘Cornada de 15 centímetros en la cara posterior interna del tercio superior del muslo izquierdo que compromete al tejido celular subcutáneo, aponeurosis y desgarro de fibras musculares isquiotibiales con una trayectoria de 6 centímetros posteromedial. Se deriva a la clínica del Country.’
Alcanzado mientras toreaba por el pitón derecho, el torero madrileño, que continuó en el ruedo visiblemente conmocionado y con sangre manando de su boca, recibió una fuerte voltereta del astado cuando lo toreaba de muleta. El pitón encontró carne y fue trasladado a la enfermería después de consumar el histórico indulto de ‘Lancero‘, de Juan Bernardo Caicedo.