Por Juan Camilo Romero (Especial para Revista Zetta).- La historia reciente de Cartagena es altamente conocida por sus habitantes, no se entiende entonces porque se repite tanto, si Abraham Lincoln viviera aquí no hubiese lanzado la frase célebre “pueblo que ignora su historia, pueblo que está condenado a repetirla” más bien hubiese dicho “Cartagena conoce su historia, está condenada a repetirla”.
Para todos es sabido que una mala elección de Alcalde trae consecuencias desastrosas, somos la única ciudad que no ha podido cumplir a cabalidad los periodos constitucionales, políticos y administrativos que se han venido dando desde la elección popular de Alcaldes y Gobernadores.
Hemos escogido a los más populares pero muy malos administradores, sin conocimiento alguno de administración pública y nula experiencia en el sector público, pero, con su personalidad recogieron el descontento de un pueblo hambriento, hastiado de una clase política arribista, egoísta y corrupta, lastimosamente sus gobiernos no tuvieron un final feliz, el uno descansando en el reino eterno y el otro tras las rejas. La historia todos la sabemos, alcaldes separados de su cargo, el Presidente encarga a uno de sus amigos para después convocar a elecciones.
Después de la elección del difunto Campo Elías Teherán, Cartagena eligió a un hombre de las mismas condiciones, sabiendo todo el mundo a quien tenía detrás, resultado el que todos sabemos, desorden administrativo, una interinidad extremadamente perjudicial, la presencia en la plaza de la Aduana de un señorito encopetado con ínfulas de estadista y unas elecciones atípicas.
No podemos volver a lo mismo, ya está bueno, demostremos el cansancio y hastío en las urnas. Elijamos a una persona competente, que tenga un mínimo de coherencia política, al igual que relaciones con el alto gobierno para agilizar la puesta en marcha de las obras de infraestructura que requiere la ciudad.
Mucha gente cree que todos los tiempos son iguales y no es así, no elijamos a alguien que se presente como apolítico, de imagen limpia y bonita. Recordemos cómo nos fue con Dionisio Vélez, que dejó la ciudad endeudada, muchas obras inauguradas sin haber sido terminadas y además pagadas.
Bueno y la Procuraduría Fiscalía y Contraloría, bien gracias.
La Alcaldía está entre dos candidatos, Antonio Quinto Guerra y Andrés Betancourt González, de Betancourt se sabe que fue concejal primero avalado por un movimiento por firmas, luego tuvo un ascenso meteórico como concejal del Partido Conservador, pasó de dos mil votos a reelegirse con más de ocho mil votos, todavía retumban en el recinto del Concejo Distrital sus discusiones con el entonces Alcalde encargado Oscar Brieva quien lo señalaba de ser el dueño de más de dos mil contratos de prestación de servicios profesionales, seguidamente aspiró a la Alcaldía donde obtuvo más de cuarenta mil votos de carne y hueso, hizo parte del gobierno departamental donde se le recuerda por haber subido en bicicleta al cerro la cansona en los montes de maría, hoy día se presenta como candidato del Partido ASI, muy a pesar que varios dirigentes de ese Partido le solicitaran a las directivas nacionales no expedir el aval por distintas razones, entre las que se destacan el hecho que en las pasadas elecciones solicitó aval en varios partidos y al no obtener respuesta positiva decidió irse por firmas. A mi juicio es un dirigente de convicción flexible e ideológicamente indescifrable.
Aprovecho el espacio que me brinda el director de este medio, para con su venia anunciar que acompañaré a Antonio Quinto Guerra Varela como candidato a la Alcaldía de Cartagena, la razón principal es que desde que lo conozco ha representado a su partido, el Partido Conservador, que tras la estrepitosa derrota en las elecciones pasadas, asumió una actitud reflexiva y de constante estudio, reconociendo y aprendiendo de los errores cometidos, dejando huella en su paso por el alto gobierno, ha organizado de mejor manera a su equipo de trabajo y ante todo a el mismo. A Quinto le creo, muy a pesar que ideológicamente estamos en orillas opuestas, tenemos puntos de convergencia tales como la defensa de las convicciones ideológicas, cosa que no ocurre con Betancourt porque a la larga no se sabe que es, ni mucho menos con que va a salir, dice que no se va a torcer, pero no sabemos qué camino lleva.
Con Quinto compartimos gustos propios de la gente con estirpe provinciana, además que nuestros mayores en tiempos anteriores militaron en las mismas filas.
No volveremos a lo mismo, basta de quienes quieren hacer política mostrándose como impolutos e inmaculados sabiendo que están más sucios que un rancho solo, a quienes no están de acuerdo conmigo, sólo les pido que hagan campaña por el candidato de su preferencia, salgan a los barrios a conocer las necesidades de la gente y sobre todo asumir con responsabilidad y caballerosidad el hecho de ser político.
Volvemos a lo mismo, una frase que ha marcado mi vida, que me llevó a entender que no todos los tiempos son iguales y que toda la vida no podemos seguir comportándonos de la misma manera, así como tampoco los Cartageneros debemos seguir eligiendo de igual forma.