Londoño pasa al ataque: “Debemos defender la ciudad de las garras de los ilegales, tramposos, mafiosos y corruptos”

Luego de recibir arreones políticos de distintos frentes, el alcalde encargado Sergio Londoño Zurek sacó la artillería de respuesta y pasó al ataque.

Durante su intervención en la XLIV Asamblea Anual de Afiliados Regional Camacol Bolívar, invitó a los asistentes a seguir haciendo la tarea de defender esta ciudad de las garras de los ilegales, tramposos, mañosos, mafiosos y corruptos que se han lucrado de sus vulnerabilidades.

El mandatario recodó que llegó hace siete meses a la ciudad cuando había una crisis profunda, donde toda su institucionalidad político – administrativa, elegida por el voto popular estaba sumida en gravísimos cuestionamientos.

“Llegué a ser el Alcalde 8, 10, 11, y 12 en cinco años. Me resistiré a creer que los cartageneros no hemos aprendido a valorar la democracia que nos fue entregada. Soy un optimista porque no vale la pena ser otra cosa”.

Teniendo muy clara las cuentas de cuántos días estará en el encargo, son 46, consideró importante comentar a los asistentes los hechos realizados durante su encargo.

Cartagena es una ciudad de grandes contrastes tanto en los que se ve como en lo que no se ve. Somos un hogar de un sector privado pujante como el que hoy está aquí, con uno de los metros cuadrados más exclusivos de América Latina y un crecimiento portuario e industrial envidiado por la mayoría del continente.

“Sorpresivamente el sector público no ha evolucionado al mismo ritmo que el privado y gobernamos esta ciudad en 2018 con instituciones arcaicas que ya no responden a las necesidades de una ciudadanía globalizada, en su mayoría de escasos recursos, que cada vez demanda más de la ciudad y de su primera autoridad”, indicó el mandatario.

Sostiene que a esto se suma un centralismo que planeta competencias divergentes e la ciudad y fuga hacia la capital de los recursos que aquí se producen.

“Nos creímos el cuento que somos una ciudad pequeña, la ciudad que fuimos en los 70’s ya no existe. Teorías políticas sobre por qué nos estancamos institucionalmente hay muchas… yo creo que tiene que ver con un factor preponderante: la desidia, que permite la corrupción, permite que no se perpetué en el poder la misma clase política, que las desigualdades históricas se acumulen y se hereden de generación en generación y la desidia solo agrava el problema”.

Decidir mirar hacia otro lado cuando 55 mil vecinos viven en la pobreza extrema es profundizar la crisis. “Y lo digo porque si bien hay nobleza en la responsabilidad social empresarial y en la filantropía, el acto más noble que puede hacer la clase empresarial de nuestra ciudad es meterse en el sector público. Mientras sigamos siendo gobernados por quienes no tienen voluntad de cambio no vamos a salir de este pantano”.

Londoño Zurek cree que esta casa (Cartagena) desordenada ha tratado de ser ordenada en el pasado, pero como que cada vez que damos dos pasos retrocedemos tres.

“Cuando llegamos, la crisis era tan grave que encontramos una huelga en el sector educativo, manifestaciones de funcionarios púbicos, Un PAE con problemas en su ejecución, un contrato de vigilancia que se le debieron hacer un sinfín de adiciones, poco o nulo avance en las metas del Plan de Desarrollo como por ejemplo solo se había reparchado el 1% de los 113 kilómetros de vías priorizadas, instituciones oficiales sin intervenciones en su infraestructura, muchas de ellas posando peligro para los estudiantes, 48 de 49 proyectos del sistema general de regalías en problemas con el DNP, varios con los giros suspendidos”.

Además, contó Londoño Zurek, otras situaciones que heredamos y que les dimos solución.

“16 edificios ilegales en riesgo de colapso, la posible unión en Playetas de la Bahía de Barbacoas con el mar Caribe. Gracias al Gobierno departamental hay solución; el descuido de La Bocana, Ciénaga de la Virgen, el Cerro de la Popa. Todos ya cuentan con proyectos sostenibles a largo plazo”.

También, más de 400 mil millones de pesos en acciones populares, desacatos, tutelas y órdenes judiciales.

Empezamos a saldar la deuda con los proyectos de infraestructura de este año.

“Todo esto con un presupuesto comprometido, que, si bien es sano físicamente, no alcanza para todo. 196.800 millones de pesos es una cifra irrisoria para Cartagena aun cuando hay periodistas nacionales que se llenan la boca de mentiras diciendo que la ciudad tiene infinidad de recursos”.

La primera tarea que se hizo fue precisamente tratar de ordenar la casa. “Evaluamos situaciones para corregir el rumbo, empezamos a hablar con la ciudadanía a través de Buenos Días Alcalde, programa en vivo todos los sábados por redes sociales donde cualquier ciudadano hace las preguntas que desea que el Alcalde les responda en vivo. Hemos llegado a 70 mil personas que sueñan con una mejor ciudad”.

También se encontró que la administración distrital no formula políticas públicas.

Los proyectos bautizados como macro proyectos responden a anhelos históricos, pero nos había falta medir su efectividad a la hora de luchar contra la pobreza.

¿Qué hacer?

En un encargo se tiene la posibilidad de hacerlo todo o hacer nada, permitir que la ciudad se estanque y la crisis se profundice o poner a andar Cartagena. La respuesta fue Hacerlo todo.

“Nos trazamos una mega meta de ciudad gracias al acompañamiento del sector privado con el Consejo Consultivo Alianza Por Cartagena compuesto por empresarios y la Alcaldía. Erradicar la pobreza extrema a 2033, una meta que creo debe ser la meta de todos los cartageneros para los próximos 15 años porque en palabras de John F. Kennedy: “Uno es tan rico como el más pobre que tiene al lado”. Eso es lo que llamamos la Ciudad de La Esperanza, una ciudad sin pobreza extrema, con instituciones y ciudadanos capaces de ponerse la camiseta y sacarla adelante”.

El primer paso para poner la casa en orden fue cerrar el presupuesto 2017 tratando de navegar entre sus múltiples deficiencias y reordenar la forma como se proponía el presupuesto en el Distrito. “Nos propusimos gobernar bajo cuatro principios: Orden, Austeridad, Transparencia y Autoridad”.

El presupuesto 2018 tiene lógica de ciudad más no electoral. Es un presupuesto responsable que contempla:

Reducciones significativas en gastos de funcionamiento:

De 9000 contratos de prestación de servicios en 2016, pasamos a 2800 en 2018.

De un contrato de vigilancia de 44 mil millones de pesos y un oferente a un contrato de vigilancia de 21.700 millones de pesos y 13 oferentes.

Y reducciones significativas en arriendos, servicios públicos, aseo y cafetería y hasta cajas menores.