Por César Pión González (Concejal de Cartagena).- (Especial para Revista Zetta).- Las políticas públicas surgen de la necesidad que tienen las ciudades y de la visión de los gobernantes, pero la puesta en práctica depende de una matríz, de una estructura orgánica del distrito, de los funcionarios, de la norma, de la unificación de sus actuaciones y de la voluntad humana y política de una sociedad.
Después de leer en El Universal las respuestas dadas por los candidatos a la Alcaldía de Cartagena donde señalan las acciones previstas para el próximo año y medio de gobierno, les sugiero con respeto que el éxito de muchos deseos está en la reingeniería administrativa de la ciudad.
Estimado aspirante, nos hemos ido acostumbrando a planificar solo con el deseo y no con la realidad, y lo que has querido y deseado en buen término no lo puedes aplicar porque la norma, el tiempo, la autorización, o las finanzas no lo permiten. Por ejemplo, el espacio público no puede seguir como una colcha de decisiones; planeación, control urbano, espacio público, alcaldías locales, IPCC e inspectores de policía.
Podríamos pensar en fusionar turismo y cultura y crear una secretaría que permita la unificación de las políticas acorde a lo que somos, con capacidad sancionatoria y propia de una ciudad patrimonio histórico y cultural de la humanidad. Hay que independizar las fiestas novembrinas que absorben los recursos para el apoyo de la cultura y el folclor, fiestas que son manejadas en el país por la empresa privada, y devolverle a planeación el manejo del control del patrimonio en el centro histórico; las alcaldías locales deben ser centros verdaderos de descentralización, organización y mando. Valorización distrital tendría que omitir el paralelismo de contratación para la inversión que debe ser de infraestructura y trabajar lo propio de su objeto “valorización”. Otra de nuestras sugerencias es que la escuela de gobierno pase a manos de la secretaría de educación, transporte y tránsito convertirla en secretaría de movilidad y crear dentro de infraestructura la gran dependencia que vigile e inspeccione 365 días el mantenimiento de escenarios deportivos, escuelas, puestos de salud y obras de la ciudad. Hay que darle dientes al rubro, toda obra construida debe pasar al banco de inmuebles amparados por una dependencia o firma que responda por el mantenimiento, pues gran parte de las pérdidas económicas de la administración está en el deterioro de las edificaciones públicas.
Cuando organices la hacienda pública con la nueva oficina catastral, la vigilancia del impuesto de lineamientos urbanos, control sobre sobretasa de la gasolina, control a vallas, avisos y tableros y no permitas en la oficina asesora jurídica que los procesos por malas o ninguna respuesta sean la bolsa de millonarias indemnizaciones, entonces sí. Cuando hayas protegido lo que vas a manejar, entonces sí compila y deja proyectadas las obras para que el alcalde de 2020 pueda iniciar lo que has dejado hasta el 2033. Recuerda aquel adagio que decía “no es tanto llamar la muerte sino verla venir”. No es más grande quien hace mayor número de propuestas sino aquel que deja las condiciones de viabilidad para una mejor Cartagena.