Esta elección atípica permitió consolidar una nueva tipología de candidatos: los que se inscriben oficialmente y desarrollan sus campañas en foros y cafeterías.
No se sabe realmente qué buscan, si sofocar una inaplazable necesidad sicológica de figurar; si salir del anonimato para orear sus nombres y dar la cuota inicial de un mejor futuro político; si cotizarse para negociar; si sacar a pasear el carro de un partido político de garaje, o si hacerle un mandado a otra candidatura; no se sabe.
Son candidatos que tienen clara su agenda: asistir a cuanto foro les inviten y el resto del tiempo, importunar una cafetería de centro comercial.
Si les preguntáramos a la Cámara de Comercio o Fenalco si volverían a invitar a alguno de estos candidatos a disertar de nuevo, no en un evento de coyuntura electoral, sino como conferencista de talante académico, de seguro dirían que jamás.
Otra de las causas de la abstención bien puede buscarse en este segmento: para qué votar si los candidatos son de tan escasa estatura política…