La solución para Tacamocho – Opinión de Carlos Féliz Monsalve

Por Carlos Féliz Monsalve (Especial para Revista Zetta).- Tacamocho es un corregimiento del municipio de Córdoba Tetón en el departamento de Bolívar, ubicado al sur de la cabecera municipal más específicamente en la margen izquierda del río Magdalena, aguas debajo de la confluencia del brazo de Mompox. Esta pequeña pero importante población ribereña cuenta con aproximadamente cuatro mil (4.000) habitantes, los cuales en su gran mayoría heredaron la pesca artesanal como su principal fuente de sustento junto con la agricultura.

 

Esta porción de tierra hace más de diez años viene padeciendo un fuerte fenómeno erosivo, provocado por la corriente del río Magdalena, por cambios morfológicos en la corta del meandro a la altura de esta población, que conllevó a cambios hidráulicos sobre el cuerpo de agua aludido.

 

Bajo esa óptica de afectaciones, muchas han sido las medidas adoptadas por el gobierno departamental y municipal, desde la construcción de muros de contención para interrumpir el proceso de erosión agresivo, hasta la entrega de ayudas humanitarias a la población damnificada, en diferentes modalidades tales como, entrega de kits de alimentos, kits de aseo, albergues y pago de subvenciones económicas por concepto de cánones de arrendamiento.

 

No obstante a ello, la verdadera solución a la inclemencia de naturaleza no está en la entrega de insumos básicos a los damnificados, sin que pueda entenderse que los esfuerzos emprendidos por las autoridades locales no tengan la suficiente valía, sino en el reasentamiento de esta comunidad a un lugar que se encuentre desprovisto de puntos críticos o propensas a la ocurrencia de riesgos de desastres, salvaguardando en debida forma las garantías mínimas de una vivienda digna, protección de rango constitucional que encuentra su asidero en el estado social de derecho que consagra la familia como su núcleo esencial.

 

Y es que desde el ámbito nacional, han sido muchos los desastres naturales que han enlutado el proceder de la administración, más específicamente el del poder ejecutivo nacional, pues, casos como el del extinto municipio de Armero en el Departamento de Tolima y el municipio de Mocoa en el Departamento del Putumayo, son antecedentes recientes de Colombia, que reflejan la actitud  a veces impávida de las autoridades frente a la adopción de medidas mitigadores o definitivas que extingan cualquier vestigio de situación calamitosa.

 

Aunado a ello, y aun cuando muchas catástrofes de origen natural en nuestro país, hacen alusión a la obra del nobel de literatura Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, todo indica que el tema erosivo de Tacamocho no será contemplado dentro de esa constante, pues, gracias a los llamados efectuados por el Gobierno Departamental del Bolívar Sí Avanza, se consiguió incluir dentro de la agenda nacional la atención prioritaria de esta población, con el trazado de una hoja de ruta en la que se adoptaron acciones por parte del Fondo de Adaptación, Ministerio de Vivienda, Gobernación de Bolívar y el municipio de Córdoba, convirtiéndose en una noticia de regocijo para los pobladores que ven como diariamente el poderío de la naturaleza arrebata de sus manos lo que un día llamaron hogar.

 

De acuerdo a lo anterior, no podemos perder de vista que sin el concurso de las autoridades de todo orden para dar una asistencia oportuna, no se obtendrán los resultados anhelados por la población, por lo que, el compromiso no debe ser ilusorio sino de contenido real, que permita reflejar en el rostro de los tacamocheros el optimismo en contra posición a lo que por mucho tiempo los ha atormentado y que sólo hasta ahora encuentra un preámbulo de respuesta a la situación.

 

Las heredades dispuestas para el nuevo corregimiento, deben contar con todos los servicios necesarios que dignifiquen a sus moradores, y es fundamental dentro de esta obra arquitectónica la inclusión de un componente social, donde se respeten y se tengan en cuenta las sugerencias efectuadas por los líderes de esa población en busca de mantener íntegras sus costumbres, en atención a que son los hábitos y tendencias que nos caracterizan como grupos sociales.

 

Todo lo anterior, y el esfuerzo emprendido por el Gobernador de Bolívar Dr. Dumek Turbay Paz, no deberá ser un dicho de paso que levante un cortina de humo, pues el compromiso adquirido es entre los contribuyentes y la institucionalidad, razón por la cual, el ingreso del nuevo gobierno en el mes de agosto del presente año, debe recalcar que el servidor público es un mero instrumentos de gestión, sin que pueda considerarse que por ser un compromiso anterior no irradie la suficiente importancia para ser incluido en la nueva agenda presidencial y ministerial.

 

CARLOS FELIZ MONSALVE