Por César Pión González (Especial para Revista Zetta).- Acorde a los informes tomados del primer semestre del 2018 y publicados por la revista Dinero, pudimos constatar que sobre el Sisbén III, la pobreza en Cartagena por NBI (necesidades básicas insatisfechas), fue del 32% y la pobreza extrema de 51%, es decir, 32 de cada 100 hogares tienen privaciones en los requerimientos primarios, y más de la mitad tienen inconvenientes en la satisfacción de al menos dos necesidades básicas.
El profesor de la Universidad Nacional, investigador de Dejusticia y columnista de El Espectador, Mauricio García, deja entrever que la convicción y gritos para el cambio del país, que aplicamos a la ciudad, se convierten en un anhelo que intenta espantar del subconsciente ciudadano la fatalidad, si no hacemos nada distinto a lo que hemos realizado hasta hoy.
Alcalde, políticos, gremios, cívicos, líderes, comunicadores; a reunirnos en escenarios comunes con transmisión directa a la ciudad donde se exponga lo que buscamos, los objetivos que tenemos, los obstáculos que existen, y donde se diga por qué es difícil poner en marcha la política pública o de ciudad que deseamos.
La educación, generación de empleo, cultura ciudadana, prostitución y drogadicción, son temas que propongo, esperando que los sectores convoquemos y expongamos nuestras prioridades de ciudad.
Cartagena está sumergiéndose en el encanto de la droga, a pesar de la gran lucha del comandante de la Policía, esa maldita droga que viene de corromper al campesinado y a los jóvenes de nuestros barrios, ofreciendo ganar sin merecer, esa que borra los valores de nuestros ancestros, que no solo es la causa de un desprestigio local, sino también del país y el mundo.
La droga es un desafío a Dios, al amor de familia y a la sociedad, porque su accionar sigue silenciando la voz de líderes comunales, que no son más que una forma de los humildes para expresar a través de ellos sus necesidades y sus problemas. Vidas acalladas muchas veces por no estar al servicio del estupefaciente.
De acuerdo a un informe del COSED en el primer semestre de 2018, los siguientes barrios son donde más incidencia tiene la venta de droga, y están segregados de mayor a menor: Getsemaní, La Quinta, Ceballos, El Pozón, Olaya sector Playa Blanca, Ternera, Olaya sector Zarabanda, San Pedro Mártir, Altos de San Isidro, Las Brisas, Olaya sector La Puntilla, San José de los Campanos, Chambacú, Daniel Lemaitre, corregimiento de Barú, Bocagrande, Manga, San Fernando y Nariño.
Ciudadano, lo anterior más las cifras de violencia, delitos, alcoholismo, educación deficiente, exclusión social, ausencia y abuso salarial, son alarmas que hoy nos hacen un llamado a concretar el futuro
*Concejal de Cartagena