El mico que llevamos dentro – Opinión de Álvaro Royo

Por Álvaro Royo (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- Hace unos meses estaba visitando un zoológico en China, que debe ser más o menos parecido a los que hay en cualquier parte del mundo, guardando las diferencias de modernismo y tecnología que pueden existir entre uno y otro, pero ese no es el tema ahora, el tema del que quiero hablarles es de algo que vi ese día que me causó tremenda impresión, no por lo extraña de la conducta que observé, sino de lo similar que me pareció en todo lo que tiene que ver con el comportamiento humano y sus actitudes.

Pero de las más miserables.

Iba yo caminando por este sitio que les comento y me detuve a observar un área donde estaban unos chimpancés, primates, orangutanes o especies que se les parecían, que tampoco es el tema que nos atañe.

Da igual a qué tipo pertenecían porque no es el asunto en mención, la historia es que me causó tremenda curiosidad el ver la forma como se comportaban e interactuaban entre ellos.

Ahora bien, cuando tú ves un tigre que se come una cebra o un cocodrilo que se almuerza una vaca te puede no impresionar porque en últimas los lees un poco distantes de tí, a lo que tu descendencia o cadena evolutiva te marca, te toca el timbre, si te ves al espejo no te pareces a un cocodrilo o a un tigre pero si ves a un macaco los ves más cercanos a tí, son casi que primos hermanos tuyos.

Bueno, ¡tuyos porque míos no! A mi desde pequeño me enseñaron que yo descendía de Adán y Eva, y ellos micos no eran.

Pero a pesar que eso me lo metieron a la fuerza en la cabeza en todos los escenarios posibles, casa, colegio, amigos, etcétera, realmente no podemos evitar ver los primates y sentir cierto feeling de parentesco, de similitud, de no sé qué otras cosas que nos hagan sospechar lo de Adán y Eva.

No me quiero salir del tema en mención pero viene muchas veces mi hijo y mi hija quejándose del matoneo del colegio, y cada vez es más y más importante lo que tiene que ver con el bulling en los centros educativos, solo prestamos atención a eso porque se supone que el niño o el adolescente no sabe defenderse o es más frágil, y hay que tomar medidas, pues nosotros como adultos debemos corregir para no dejar que los más débiles sufran, en este caso nuestros hijos, o el  del vecino, da igual, protegerlos.

Ahora bien.

Qué mierda que nosotros como adultos convocamos una reunión para prevenir conductas que puedan afectar a los humanos de temprana edad, infantes, pero solo porque pensamos que no se pueden defender y no miramos el origen de todo esto.

Pero si nos detenemos a pensar una fracción de segundo todas estas conductas por las cuales estamos convocando reuniones y tratando de evitar el matoneo escolar, están totalmente aceptadas y adoptadas por nosotros en el día a día, de las cuales nadie habla ni comenta porque las damos como inevitables o como que es parte de la vida diaria como tal.

Pero no detectamos, o siquiera podemos sentir, que estas forman parte de un legado genético el cual si lográramos por lo menos identificar, pudiéramos eventualmente tratarlo y por seguro nuestra vida y la de los que nos rodean sería más pero más llevadera, pero es jodido si no sabemos ni de qué se trata.

Pero nada, seguimos hablando de lo inhumano que es el matoneo y el bulling y seguimos practicándolo en nuestra vida diaria como adultos, por que ¡ajá! ¡Así es, deje así! Y así es la vida. Vergüenza y falta de lucidez, una verdadera mier… da.

No crean que me he salido del tema caballeros, porque el punto es que veía a un chimpancé, primate, mono, mico o algo que por sus actitudes parecía muy cercano a ti, a mí no, porque como ya te dije antes yo soy descendiente directo de Adán y Eva, entonces ellos brincaban, saltaban, se colgaban de lo que había, pero lo que me causaba impresión realmente es que siempre lo que hacían lo hacían en función de joder a otro, anarquía total, aunque ellos tienen conductas sociales muy marcadas, estas se basan en la sumisión y dominio del rival, detalle que no dejé pasar.

Ahora bien, me comenta un amigo que hay un compañero nuevo en la oficina el cual cree que sabe de todo y entre todos se han puesto de acuerdo para joderlo, ¿bueno y este hp qué? ¿Oye este es el nuevo?  Vale, ya nos encargaremos de él. Sale el mico que tenemos dentro y solo actuamos en función de joder al otro.

Thinking

Cada vez que queremos joder a alguien por el motivo que sea, debemos sentirnos orgullosos del mico que llevamos con nosotros, de ese eslabón que cargamos allí adentro pero que no nos hemos dado por enterado.

Entre más agresivos seamos con los que nos rodean más cerca estamos de nuestros orígenes. Más cerca del primate, menos evolucionados, menos humanos.

No seas mico, con el perdón de los micos.

¡Un abrazo!

Álvaro Royo

enchina@gmail.com

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