Por John Zamora (Director Revista Zetta).- El presidente Iván Duque puso el balón en el terreno del partido Conservador, y es ahí donde se juega un nuevo encuentro en el largo “torneo” de inestabilidad institucional en la Alcaldía de Cartagena.
Será la colectividad azul la que presente la terna donde, se supone, estará la persona que culminará el convulsionado periodo que inició Manolo Duque.
Aunque hay un decreto con sustento jurídico que así lo determinó, mientras designó a Pedrito Pereira para que continúe al frente de la Alcaldía, algunos consideraron que bien pudo haber dado punto final con una designación en firme sin necesidad de acudir a terna, es decir, sin “pasarle la bola” al conservatismo, máxime por haber avalado a un candidato que, a la postre, resultó inhabilitado tal como lo advirtió el mismísimo Procurador General de la Nación.
Así sucedió con “Primero la Gente”, que se desvaneció mientras cada “ternable” le hacía el feo a integrarla… y así pasó cuando Pastrana encargó a Gina Benedetti en tiempos de Nicolás Curi… pero eran otras épocas.
En estos momentos lo único cierto es que hay una solicitud de terna, que los términos vencen en menos de una semana, y que el partido Conservador deberá proceder en consecuencia, y aquí es donde surgen distintos escenarios, donde todos debemos ver un denominador común: evitar un trauma innecesario para la ciudad, sobre todo a seis meses de final del periodo, y a cuatro meses del día de elecciones.
Antes de mirar escenarios, es importante precisar qué entendemos por “partido Conservador” en Cartagena.
Aquí se distinguen cuatro grupos, así; los que tienen credencial en el Congreso, es decir, la Casa Blel con la senadora Nadia Blel y el representante Yamilito Arana, y la Casa Montes, con el representante Emeterio Montes; y los que no tienen credencial, pero tienen gobierno, como el propio grupo de Pedrito Pereira; y el cuarto grupo sería el de los que no se pueden encasillar en esas estructuras, como el mismo exalcalde Quinto Guerra.
Las cosas así, ¿qué criterio se impone? Si para la terna anterior primó el criterio de los que tienen credencial parlamentaria, se podría esperar que continúe así, de manera que la terna estaría en manos de Blel-Arana-Montes. ¿A quiénes incluirán? ¿Está Pedrito Pereira en sus “corazones”? ¿Incidirá la vicepresidente conservadora Marta Lucía Ramírez? ¿Tendrá incidencia la opinión pública que valora la gestión de Pedrito?
Al despejarse estas respuestas se despejarán los escenarios hipotéticos.
Un escenario es que pase el tiempo y el partido Conservador no se ponga de acuerdo en la confección de la terna, o que decida no presentarla, como lo ha pedido un grupo de conservadores rasos en carta conocida este fin de semana. Ambos casos implicarían la continuidad de Pedrito.
Otro es conformar la terna esta misma semana, con Pedrito Pereira y dos personas más. Es lo que se conoce como “terna de uno”, y es lo que muchos estiman podría pasar.
Otro escenario, probable en nuestra dinámica política, es conformarla con tres personas de comprobada idoneidad, pero sin Pedrito Pereira. Suena extraño, pero es factible.
La confección de la terna, como queda claro, es fuero del partido Conservador, aliado del gobierno nacional en su difícil relación con el Congreso, por lo que respetar su decisión puede ser la premisa.
No obstante, en el fuero del presidente también está la objeción.
Si Pedrito está en la terna, y es objetada, quiere decir que el alcalde perdió el respaldo;
Si Pedrito no está en la terna y es objetada, quiere decir que el gobierno reprocha al conservatismo.
El escenario de una terna sin Pedrito tiene mal sabor de boca, pues de entrada puede implicar una alteración de la relativa calma institucional que viene desde su posesión en septiembre pasado (relativa porque hay tempestades en el Concejo, e incluso en el sector privado como acontece en la cuestionada Cámara de Comercio). ¿Un miembro del gabinete, que conozca el proceso, podría ser la fórmula? Eso lo deberán dilucidar los encargados de confeccionar la terna.
El balón está en el terreno del partido Conservador y, específicamente, en los grupos representativos de esa colectividad. Que no se equivoquen.