Traslado de la Base Naval – Opinión de César Pión

Por César Pión González (Especial para Revista Zetta).-  Después de analizar el Plan Nacional de Desarrollo (PND) aprobado recientemente, hemos verificado que el traslado de la Base es un hecho y está contemplado allí como una de las once obras prioritarias de proyectos de rutas del Gobierno nacional enmarcados en estos cuatro años

Me pregunto, ¿traslado de la Base Naval para dónde? Decisión del sitio que debe conocer la ciudad a tiempo, ya que de ahí se desprenden consecuencias favorables o no; de orden económico, laboral, seguridad y devenir histórico, puesto que a la fecha los detalles que se conocen de este convenio es el aporte de predio a la Agencia Inmobiliaria Virgilio Barco, y el destino y las proyecciones de lo que se espera han pasado por desapercibido, podría decirse: “Hemos comprado la silla antes que el burro”.

Ojalá y las palabras del expresidente Santos: “Necesitamos una Base Naval que esté mejor, que sea de talla mundial, para que así la ciudad se descongestione y tenga más oportunidad en su renovación urbana”; las apliquemos con más coherencia y objetividad, analizando las consecuencias de los posibles escenarios y garantizar tranquilidad a una ciudad preocupada por la exposición de un almirante con afectos a la ciudad de Barranquilla cuando conceptuó, que el traslado ya no sería para Tierrabomba como en su inicio se planteó y que seguirían estudiando lecciones hoy no conocidas.

En su momento prendí la alarma en esta columna y mostré cómo la ciudad hermana de Barranquilla viene armando su infraestructura para obtener la sede, así lo demuestra la construcción del edificio de la Dimar en el Atlántico, siendo nosotros territorio de mayor influencia y que hoy no poseemos ni siquiera una sede propia y adecuada, o que a manera de prólogo se sigan llevando al Gloria para su exhibición y su zarpe como ocurrió en meses anteriores, desconociendo lo histórico y turístico de la Cartagena de siempre.

Que el traslado no sea un sueño presidencial, que obedezca a un estudio serio, que se conozcan las verdaderas razones estratégicas y de defensas y que Seguridad Nacional justifique su traslado.

El movimiento involucra el Hospital Naval, Urbanización la Marina, las estaciones de servicios El Limbo y la Esso, la Marina Todomar, Parque de la Marina, barrios navales de Villa Rubia, Blas de Lezo, Crespo, San Juan, Las Gaviotas, Los Caracoles, El Socorro y Otto Small, es decir, todo lo que tiene la Armada en Cartagena podría irse.

Llegó el momento de hablar claro y pedirle al gobierno que adquiera y asegure el predio dentro de la Jurisdicción de Cartagena, bien sea en Barú, La Boquilla, Punta Canoa o Arroyo de Piedra y se olvide por un momento de un sueño santo que aún no canonizamos.

*Concejal de Cartagena